Los atajos en los mensajes de texto, como «LMK» («let me know» en inglés), se han convertido en herramientas comunes para ahorrar tiempo. Sin embargo, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology, estos atajos, aunque prácticos, pueden tener un efecto contraproducente al generar frustración en quienes los reciben.
¿Por qué nos irritan los atajos?
El estudio encontró que el 99.3% de las personas usan abreviaciones en sus mensajes, pero muchas veces olvidan considerar el impacto que esto tiene en el receptor. Según la psicóloga Nava Silton, estos atajos obligan a los destinatarios a «decodificar» el mensaje, lo que puede resultar en una experiencia molesta, especialmente si el contexto no es claro o si la persona no está familiarizada con la abreviatura.
Esto no se limita a diferencias generacionales. Aunque solemos asociar esta incomodidad con personas mayores, la investigación demostró que personas de todas las edades pueden sentirse irritadas por los atajos si no entienden su significado.
La clave está en conocer a tu audiencia
El experto en etiqueta, Thomas Farley, enfatiza que pequeños detalles, como el uso de abreviaturas o incluso la puntuación, pueden cambiar por completo la percepción de un mensaje. Por ejemplo, en un entorno profesional, enviar un mensaje como «FYI» (for your information) podría percibirse como descuidado o poco formal si el receptor no está acostumbrado a esa forma de comunicación.
Desde WWWhatsnew.com, creemos que este punto subraya algo fundamental: la comunicación efectiva no es solo cuestión de rapidez, sino de claridad. Tomarse unos segundos adicionales para escribir palabras completas puede marcar la diferencia entre un mensaje que se entiende de inmediato y uno que genera confusión.
¿Cómo mejorar la comunicación en mensajes de texto?
Aunque los atajos pueden ser útiles en ciertas situaciones, el estudio sugiere adoptar algunas buenas prácticas para evitar malentendidos:
- Usa los atajos con moderación: Reservarlos para mensajes informales o con personas que sabes que los entienden bien.
- Conoce a tu receptor: Asegúrate de que la persona a la que escribes está familiarizada con las abreviaturas que usas.
- Cuando tengas dudas, escribe el mensaje completo: Esto es especialmente importante en contextos laborales o formales.
- Guarda las conversaciones importantes para encuentros en persona: Los mensajes de texto no siempre son el mejor canal para temas significativos o delicados.
¿Eficiencia o claridad?
Es cierto que vivimos en una época donde optimizar el tiempo es esencial, y los atajos en los mensajes de texto pueden ser un recurso valioso. Sin embargo, también es crucial recordar que la comunicación es más efectiva cuando el mensaje se entiende fácilmente sin esfuerzo adicional.
En mi opinión, la clave está en equilibrar rapidez y claridad, adaptando nuestra forma de escribir según el contexto y la persona con la que estamos hablando. Como hemos mencionado en WWWhatsnew.com, la tecnología nos permite comunicarnos más rápido que nunca, pero eso no significa que debamos sacrificar la calidad de nuestras interacciones.