¿Cómo es posible que una red social tan grande como Twitter haya caído tan bajo en tan poco tiempo? Pues bien, la historia de Elon Musk y su adquisición de Twitter por 44 mil millones de dólares en 2022 es un caso de estudio fascinante (o de terror, dependiendo de cómo lo mires). Ahora, dos años después, la plataforma, renombrada a X, vale menos de una cuarta parte de lo que Musk pagó. Según un nuevo informe financiero de Fidelity, el valor de esta inversión ha disminuido más del 78%, pasando de 19.66 mil millones a 4.19 mil millones de dólares.
¿Por qué ocurrió esto? Bueno, principalmente, porque la mayoría de los grandes anunciantes huyeron en cuanto Twitter se convirtió en X. Las decisiones que Musk hizo para cambiar la plataforma ahuyentaron a usuarios normales y permitieron una proliferación de bots, saturando las redes con contenido problemático. Imagínate ser una gran empresa automovilística, y tus anuncios aparecen justo al lado de publicaciones que instigan al odio. No es la mejor estrategia de marketing, ¿verdad?
Por si fuera poco, Musk no ayudó mucho con sus comentarios en entrevistas. Ante la huida masiva de anunciantes, su respuesta fue un rotundo «váyanse al diablo» (bueno, para ser exactos, dijo «go fuck yourself»). Esta confrontación directa no logró, para nada, que los anunciantes regresaran con los brazos abiertos. De hecho, solo empeoró la situación.
Polémicas y Más Polémicas
A lo largo de estos dos años, Musk también tomó un giro político hacia la derecha, apoyando a Trump y soltando teorías conspirativas sobre inmigración. En WWWhatsnew.com hemos seguido de cerca todas estas decisiones polémicas que han afectado aún más la confianza pública y la de los anunciantes en la plataforma. Durante el verano, X fue incluso prohibida en Brasil. Tuvieron una lucha legal con un juez y aunque Musk terminó cediendo, millones de usuarios brasileños se mudaron a otras redes sociales.
Este viraje a la derecha y su defensa casi absoluta de la «libertad de expresión» resultaron en decisiones cuestionables. Musk decidió vetar al periodista Ken Klippenstein tras la publicación de un dossier sobre J.D. Vance, obtenido de hackers iraníes. Sin embargo, X marcó este material como “potencialmente dañino”, bloqueando su distribución.
Algo similar pasó durante la elección presidencial de 2020 con los archivos del laptop de Hunter Biden. Musk compró la empresa, criticó esa restricción y luego divulgó los «Archivos de Twitter» para mostrar una supuesta colusión entre el gobierno y la red social. Pero ahora, cuatro años después, X está haciendo exactamente lo mismo, solo que los políticos implicados son republicanos en vez de demócratas.
Una Montaña Rusa de Valoración
Desde la inversión inicial, Fidelity ha estado ajustando constantemente la valoración de X, y no precisamente al alza. Un año después de la compra, el valor ya había bajado un 65%, y ha seguido descendiendo con cada nuevo informe financiero. Al final de julio, se valoraba en 5.5 mil millones de dólares, y ahora vale 4.19 mil millones, y aún no hay señales de recuperación.
Es decir, todo lo que Elon Musk ha puesto en X parece estar en declive. Entre la pérdida de usuarios, los anunciantes que no quieren retornar por miedo a asociaciones conflictivas, y la constante controversia, X está en un declive continuo. Si te estás preguntando si Musk tiene algún plan para revertir esto, su declaración más reciente indica que, si los anunciantes no vuelven, la empresa morirá. Y hasta ahora, esa súplica no ha tenido el efecto deseado.
En nuestra cobertura diaria en WWWhatsnew.com, hemos seguido todo este proceso de cerca, analizando cada movimiento y su impacto en el mundo de la tecnología y las redes sociales.