Imagínate estar en un café, conversando con un amigo sobre las maravillas de la tecnología. Ahora, imagina que tu smartphone, el mismo que usas para enviar mensajes o ver videos de gatos, también puede salvar tu vida. Suena un poco a ciencia ficción, ¿no? Pero eso es exactamente lo que está logrando Roeland Decorte, un belga que ha combinado su pasión por descifrar códigos antiguos con la inteligencia artificial para descifrar los ritmos ocultos del corazón.
El origen de una revolución
Todo comenzó cuando Decorte, siendo apenas un niño, vivió de cerca la angustia de ver a su padre sufrir de problemas cardíacos que fueron erróneamente diagnosticados como ansiedad. Su padre, quien dirigía un asilo de ancianos en Bélgica, experimentaba dolor en el pecho y una sensación de temor inminente. Después de consultas con varios médicos que no lograron identificar el problema, finalmente se descubrió que tenía un pequeño agujero entre las cámaras de su corazón, una condición que podría haber sido fatal si no se hubiese detectado a tiempo.
Esta experiencia marcó profundamente a Decorte y, años después, lo llevó a fundar Decorte Future Industries. Inspirado por su formación en la Universidad de Cambridge, donde se especializó en la resolución de códigos antiguos, decidió aplicar su conocimiento en algo más contemporáneo: descifrar los misterios de la salud humana.
Tecnología para escuchar al cuerpo
Decorte comenzó su aventura tecnológica intentando integrar sensores en la ropa para monitorizar continuamente la salud. Incluso diseñó un exoesqueleto lleno de sensores que parecía sacado de una película de ciencia ficción. Sin embargo, se topó con un problema común: el ruido. Al movernos, nuestros cuerpos generan demasiadas interferencias, lo que dificultaba obtener lecturas precisas.
Pero como suele suceder en las mejores historias, el éxito vino de un lugar inesperado. Durante la pandemia, conoció a Erika Bondareva, una estudiante de doctorado que había trabajado en la detección de Covid-19 a través de datos de audio. Juntos, exploraron la posibilidad de utilizar micrófonos, en lugar de sensores físicos, para monitorizar el cuerpo. Y así nació SoNUS, un sistema que utiliza el micrófono de un smartphone para detectar señales del cuerpo que suelen requerir dispositivos médicos especializados.
Cómo funciona SoNUS
Imagina que tu teléfono te envía una alerta y te pide que lo coloques sobre tu pecho. En ese momento, el micrófono comienza a captar sonidos sutiles que nuestro cuerpo emite, sonidos que son invisibles para nosotros pero que esconden valiosa información sobre nuestra salud. Mediante algoritmos avanzados, SoNUS puede filtrar el ruido de fondo y enfocarse en lo que realmente importa: los signos de posibles problemas cardíacos, cáncer de estómago, niveles de azúcar en la sangre, entre otros.
Este tipo de tecnología no solo está destinada a revolucionar cómo diagnosticamos enfermedades, sino que también promete hacerlo de manera accesible para todos. Según Decorte, en lugar de múltiples aplicaciones y dispositivos para diferentes condiciones, podríamos tener un solo dispositivo – nuestro smartphone – haciendo todo el trabajo.
Un impacto global
Hoy en día, Decorte Future Industries está creciendo rápidamente, con ensayos clínicos en India y planes de expansión en otras partes del mundo. La precisión del sistema es asombrosa: ha demostrado ser un 99.6% preciso en comparación con lecturas de ECG, y lo mejor es que los pacientes pueden hacer estas lecturas desde la comodidad de su hogar.
En mi opinión, la clave del éxito de este tipo de innovación radica en su accesibilidad y simplicidad. ¿Quién no querría una herramienta tan poderosa al alcance de su mano? En WWWhat’s new.com, siempre estamos atentos a cómo la tecnología cambia nuestras vidas, y SoNUS es un claro ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede mejorar la salud de manera tangible y cotidiana.
Como podemos ver, las mejores ideas a veces surgen de las experiencias más personales. Decorte ha demostrado que, con la combinación correcta de pasión, conocimiento y tecnología, se pueden crear soluciones que no solo cambian vidas, sino que también las salvan. Y si bien puede que no estemos listos para confiar en nuestro smartphone como nuestro médico de cabecera, es innegable que nos dirigimos hacia un futuro donde la tecnología, literalmente, escuchará lo que nuestro cuerpo tiene que decir.