En la educación, la atención suele centrarse en los planes de estudio, los métodos de enseñanza y los resultados académicos. Pero, ¿qué pasa si las lecciones más importantes no están en ningún libro? Esta es la pregunta que plantea Greg Scherzing, un educador con más de 20 años de experiencia, en una charla inspiradora que os dejo abajo.
La Importancia de la Percepción
Scherzing recuerda su primer día como maestro, una experiencia que muchos describen como aterradora. Caminando por un largo patio, sintió las miradas de cientos de estudiantes sobre él, formando percepciones antes de que dijera una palabra. Esta experiencia subraya que la enseñanza va más allá de lo que se dice en el aula.
Un consejo peculiar de su primer mentor lo ilustra: «Nunca camines por la escuela sin un papel en la mano». La razón era simple: crear la percepción de estar ocupado y hacer algo importante. Aunque confuso al principio, este consejo resalta una verdad en la enseñanza: la percepción es clave.
Modelos a Seguir
Scherzing nos invita a reflexionar sobre nuestros propios maestros. ¿Qué recordamos de ellos? ¿Su entusiasmo, sentido del humor o amabilidad? Lo fascinante es que ninguna de estas cualidades se enseña explícitamente en los programas de formación docente. Son, en cambio, modeladas por nuestros maestros.
Scherzing comparte recuerdos de sus maestros: un profesor de arte talentoso que le enseñó a no juzgar un libro por su portada y una pareja de profesores que desafiaron los roles de género tradicionales. Estas experiencias muestran cómo los maestros imparten lecciones de vida cruciales.
Vínculos Profesor-Alumno
Un aspecto fascinante que Scherzing destaca es el concepto de «in loco parentis», donde los maestros actúan como padres sustitutos. Los estudiantes pasan un promedio de 19,000 horas con sus maestros durante su vida escolar, lo que demuestra el impacto de esta relación.
Scherzing argumenta que estos vínculos, cuando se nutren adecuadamente, benefician tanto al estudiante como a la sociedad. «Los grandes maestros crean grandes aprendices, y los grandes aprendices se convierten en grandes ciudadanos», afirma. Esto coloca una gran responsabilidad sobre los educadores y subraya el potencial transformador de su trabajo.
Más Allá de las Calificaciones
Quizás el mensaje más poderoso de Scherzing es su llamado a los estudiantes a mirar más allá de los exámenes y las calificaciones. Les insta a apreciar a los maestros y a absorber todo lo que puedan de ellos. Este consejo es un recordatorio en una era donde el éxito académico se reduce a puntuaciones en pruebas estandarizadas.
Reflexiones Personales
Recordando mis años escolares, me doy cuenta de que las lecciones más duraderas no fueron fórmulas matemáticas o fechas históricas, sino las cualidades humanas que mis maestros ejemplificaron día tras día.
El profesor de historia que nos enseñó a cuestionar narrativas, la maestra de literatura que fomentó nuestra creatividad, el entrenador que nos inculcó la importancia del trabajo en equipo: estos educadores moldearon nuestras mentes y caracteres.
El Desafío para los Educadores Actuales
En un mundo cada vez más digital y orientado a los resultados, el mensaje de Scherzing plantea un desafío para los educadores actuales. ¿Cómo pueden asegurarse de que están modelando las cualidades y valores que quieren ver en sus estudiantes? ¿Cómo pueden crear vínculos significativos en un entorno educativo que prioriza los resultados cuantificables sobre el crecimiento personal?
Scherzing sugiere que la respuesta está en la conciencia del impacto. Al reconocer que cada interacción en el aula tiene el potencial de influir profundamente en los estudiantes, los maestros pueden abordar su trabajo con un renovado sentido de propósito y responsabilidad.
Un Llamado a la Acción
El discurso de Scherzing es un llamado a la acción. Para los educadores, es un recordatorio de la inmensa responsabilidad y el privilegio de su profesión. Para los estudiantes, es una invitación a ver a sus maestros bajo una nueva luz, a apreciar no solo lo que enseñan, sino quiénes son.
Y para todos, es un poderoso recordatorio del impacto duradero de los buenos maestros en nuestras vidas. En un mundo que a menudo subestima la importancia de la educación, las palabras de Scherzing nos recuerdan que los maestros no solo imparten conocimientos, también moldean el futuro.