El uso de la inteligencia artificial para gestionar el duelo y preservar recuerdos es cada vez más común, lo hemos visto en varias ocasiones. Este innovador enfoque permite mantener viva la memoria de nuestros seres queridos y facilita la gestión de los trámites post-mortem, cambiando radicalmente nuestra relación con el adiós.
Aún así, es un tema polémico, y hoy os voy a comentar un nuevo caso.
Hay un proyecto llamado HereafterAI, fundado por James Vlahos tras la pérdida de su padre a causa de un cáncer terminal. HereafterAI permite interactuar con una réplica digital de personas fallecidas, utilizando grabaciones previas para simular conversaciones que reflejan su personalidad y recuerdos. Este tipo de tecnología busca ofrecer consuelo, manteniendo vivas las voces de aquellos que hemos perdido.
Vlahos, quien se encontraba explorando una carrera en inteligencia artificial en ese momento, concibió la idea de transformar estas grabaciones en algo más interactivo. Así nació la idea de crear un chatbot alimentado por AI que pudiera responder preguntas sobre la vida de su padre, usando la propia voz de este. Tras el fallecimiento de su padre en 2017, Vlahos no solo conservó sus recuerdos, sino que también encapsuló su personalidad en un formato que permitía interacciones continuas, proporcionando un consuelo significativo más allá de la memoria tradicional.
Este proyecto personal evolucionó hasta convertirse en una empresa y una aplicación llamada HereafterAI en 2019, la cual permite a otros usuarios crear experiencias similares con sus seres queridos fallecidos. La aplicación ofrece la posibilidad de cargar fotos y otros recuerdos digitales para acompañar las interacciones con el chatbot, enriqueciendo la experiencia de «hablar» con el ser amado.
Mientras que HereafterAI se centra en el audio, otras compañías como la surcoreana DeepBrain AI van aún más lejos, creando avatares visuales que imitan a la perfección los gestos y voces de los difuntos. A través de horas de video y audio, estos avatares buscan ofrecer una experiencia más completa, aunque el coste de este servicio puede llegar a ser elevado, alcanzando hasta los $50,000 por la creación de un solo avatar. El caso que cuentan en la BBC es un claro ejemplo.
Tras perder a un ser querido, enfrentarse a la burocracia puede resultar abrumador. Aquí es donde entra en juego Settld, una plataforma que automatiza la gestión de los trámites necesarios tras un fallecimiento. Desde cancelar cuentas bancarias hasta gestionar suscripciones y servicios, Settld utiliza la tecnología para reducir significativamente la carga administrativa, permitiendo a los dolientes concentrarse en su proceso de duelo sin distracciones.
No obstante, varios profesionales advierten sobre la necesidad de cautela. La pérdida es un proceso profundamente personal y la introducción de estas tecnologías puede ser tanto reconfortante como perturbadora. Es crucial que los usuarios consideren su estado emocional antes de decidirse a interactuar con estas representaciones digitales de seres queridos.
El futuro del duelo tecnológico
Con el aumento del interés y la inversión en lo que se ha denominado «tecnología de duelo», estamos presenciando cómo la tecnología aborda desafíos emocionales y prácticos asociados con la muerte. Esto nos lleva a reflexionar sobre el rol de la tecnología en aspectos tradicionalmente humanos y cómo puede complementar, aunque no reemplazar, el apoyo humano en tiempos de pérdida.
De momento he comentado tres opciones ya existentes, pero las opciones seguirán aumentando, como si de un episodio de Black Mirror se tratara.