El sistema de transporte público de Barcelona está a punto de experimentar una transformación radical en la T-Mobilitat. Este cambio, que se espera esté operativo a partir de 2025 y finalizado antes de 2027, promete modernizar el acceso al transporte para hacerlo más justo y económico para sus usuarios, aunque este último punto seguramente no será positivo para todos.
La esencia de la nueva filosofía de la T-Mobilitat radicará en su estructura de pago, donde las tradicionales tarifas por zonas serán eliminadas en favor de un sistema que cobra por cada kilómetro recorrido. Este ajuste significa que el costo del viaje será proporcional a la distancia que realmente viaje cada pasajero, una idea que busca reflejar mejor el uso real del transporte público.
Con la implementación del nuevo sistema, se espera lograr una completa integración tarifaria en toda Cataluña. Los usuarios podrán viajar utilizando una única tarjeta en todos los modos de transporte disponibles en la región, facilitando enormemente los desplazamientos y eliminando las complicaciones asociadas con el sistema actual de múltiples tarjetas y tarifas. Como veis en el portal de datos de Barcelona, actualmente todo funciona con zonas.
El gobierno ha invertido casi 160 millones de euros en el desarrollo de este proyecto, que incluye la instalación de nuevas máquinas y sistemas de gestión de datos diseñados para calcular las tarifas en tiempo real de manera óptima. Aunque la cantidad invertida supera los presupuestos iniciales, refleja el compromiso de proporcionar una solución tecnológicamente avanzada y eficiente.
Uno de los aspectos más controvertidos de la nueva plataforma es la capacidad del sistema para rastrear los movimientos de los usuarios, lo que plantea importantes preguntas sobre la privacidad. Si bien muchas aplicaciones ya monitorean la ubicación del usuario, la implementación de esta capacidad en el transporte público ha abierto un nuevo frente en el debate sobre hasta qué punto debe estar informado el gobierno sobre los desplazamientos individuales.
El director general de Transports i Mobilitat de la Generalitat ha destacado que este nuevo sistema podría reducir el costo del transporte público hasta en un 80% para ciertos grupos de usuarios, aunque los que pasan horas en el metro para llegar al trabajo, típico entre las personas de rentas inferiores, puede que sufran un aumento en su tarifa. Esperemos que piensen en ese tema antes de implantarlo.
Por otro lado, la complejidad y el coste de implementación del sistema, junto con los desafíos tecnológicos y logísticos que ya han retrasado su puesta en marcha, son claros puntos en contra.