La tecnología continua sorprendiendo con innovaciones que parecen sacadas de una película de ciencia ficción, porque ahora una empresa de Ohio ha lanzado al mercado un dispositivo que podría parecer controversial a primera vista: un perro robot equipado con un lanzallamas. Este robot, denominado Thermonator, ha sido desarrollado por Throwflame, conocida por sus productos pirotécnicos de alta potencia.
El Thermonator es una creación que parece desafiar las normativas comunes sobre seguridad y utilidad en los robots. Este cuadrúpedo robótico pesa alrededor de 12 kilogramos y tiene la capacidad de expulsar llamas hasta una distancia de 9 metros. La máquina está equipada con un tanque de combustible que funciona con gasolina y cuenta con una batería de una hora de duración. Además, incluye tecnologías como un puntero láser y mapeo lidar, permitiendo una navegación precisa y autónoma.
Aplicaciones potenciales
A pesar de su apariencia intimidante, Throwflame asegura que el Thermonator tiene aplicaciones prácticas y seguras. La compañía destaca su utilidad en la prevención y control de incendios forestales, gestión agrícola, conservación ecológica, entretenimiento y efectos especiales, y hasta en la eliminación de nieve y hielo. Estas funciones sugieren un enfoque hacia un uso responsable y controlado, aunque no se puede ignorar el potencial de uso indebido en escenarios menos benignos.
Contexto tecnológico y propuestas similares
El concepto de integrar herramientas destructivas en robots no es nuevo. Otras compañías han experimentado con drones y robots que pueden realizar tareas peligrosas desde lugares remotos. Por ejemplo, varios fabricantes han desarrollado drones equipados con cámaras y otros sensores para uso en tareas de vigilancia y monitoreo ambiental, que aunque menos amenazantes, comparten la idea de la autonomía en entornos complejos.
Throwflame también ha incursionado en estos territorios tecnológicos antes, con productos como el drone lanzallamas TF-19 WASP, destacando su compromiso con innovaciones audaces que cruzan los límites de lo convencional.
El futuro de los robots en roles tradicionalmente humanos o peligrosos parece prometedor y, al mismo tiempo, plantea desafíos significativos que deben ser abordados con un enfoque equilibrado y ético. Personalmente, no me siento cómodo en un mundo donde hay perros robot haciendo lo que se ve en este vídeo:
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