Si creías que los currículums son una invención moderna, te sorprenderá saber que Leonardo da Vinci, uno de los más grandes polímatas de la historia, también tuvo que redactar uno para buscar empleo. Su destinatario no era otro que Ludovico il Moro, el Duque de Milán.
En 1482, Italia era un mosaico de ciudades-estado en constante conflicto. Ludovico il Moro, Duque de Milán, necesitaba fortalecer su ejército y defensas. En este escenario, da Vinci vio una oportunidad para ofrecer sus habilidades.
Da Vinci no se limitó a ofrecer sus servicios como pintor o escultor. Su carta a Ludovico il Moro estaba llena de propuestas para ingeniería militar. Hablaba de puentes ligeros y fuertes, métodos para vaciar trincheras de agua y máquinas para asedios. Cada propuesta estaba diseñada para resolver un problema específico en el campo de batalla.
Aunque la carta se centraba en habilidades militares, da Vinci no dejó de mencionar sus talentos en arquitectura, escultura y pintura. Estas habilidades, aunque secundarias en el contexto, mostraban la versatilidad de este genio del Renacimiento.
Lo que hace que este currículum de hace más de 500 años sea relevante hoy es su enfoque en las necesidades del empleador. Da Vinci no hablaba de sus logros pasados, sino de cómo sus habilidades podrían beneficiar a Ludovico il Moro.
Traducción de la carta al castellano
Aquí tenéis la carta traducida:
Señor Ilustrísimo,
Habiendo considerado suficientemente las muestras de todos aquellos que se proclaman expertos inventores de instrumentos de guerra, y observando que la invención y operación de dichos instrumentos no difieren de los comúnmente utilizados, me esforzaré, sin perjuicio de nadie, en explicarme ante Vuestra Excelencia. Le mostraré mi secreto y luego ofreceré, para su mejor placer y aprobación, trabajar eficazmente en momentos oportunos en todas las cosas que brevemente se notarán a continuación:
- Tengo una especie de puentes extremadamente ligeros y fuertes, adaptados para ser llevados con facilidad, con los cuales podrás perseguir y huir del enemigo en cualquier momento; y otros seguros e indestructibles por fuego y combate.
- Sé cómo, cuando un lugar está sitiado, sacar el agua de las trincheras y hacer una variedad infinita de puentes, caminos cubiertos y escaleras, y otras máquinas relacionadas con expediciones de este tipo.
- Si, debido a la altura de las orillas o la fortaleza del lugar, es imposible utilizar el plan de bombardeo durante un asedio, tengo métodos para destruir cualquier roca o fortaleza, incluso si está fundada sobre una roca.
- Además, tengo tipos de morteros muy convenientes y fáciles de transportar, con los que puedo lanzar pequeñas piedras que casi se asemejan a una tormenta; y con el humo de estos, causar gran terror al enemigo, para su gran detrimento y confusión.
- Y si la lucha debe ser en el mar, tengo tipos de muchas máquinas eficientes para la ofensa y la defensa; y barcos que resistirán el ataque de los cañones más grandes, y polvo y humos.
- Tengo medios, mediante minas y caminos secretos y tortuosos, hechos sin ruido, para llegar a un lugar designado, incluso si fuera necesario pasar bajo una trinchera o un río.
- Haré carros cubiertos, seguros e inatacables, que, al entrar entre el enemigo con su artillería, no hay cuerpo de hombres tan grandes que los rompan. Y detrás de estos, la infantería podría seguir sin sufrir daño alguno.
- En caso de necesidad, haré cañones grandes, morteros y artillería ligera de formas útiles y distintas a las comunes.
- Donde la operación de bombardeo pudiera fallar, idearé catapultas, mangonels, trabocchi y otras máquinas de eficacia maravillosa y no comunes. Y en resumen, según la variedad de casos, puedo idear infinitos medios de ofensa y defensa.
- En tiempos de paz, creo que puedo dar satisfacción perfecta en arquitectura, en la composición de edificios públicos y privados, y en llevar agua de un lugar a otro.
- Puedo realizar escultura en mármol, bronce o arcilla, y también puedo hacer en pintura todo lo que se pueda hacer, así como cualquier otro, sea quien sea.
Si alguna de las cosas antes mencionadas parece a alguien imposible o no factible, estoy más que dispuesto a hacer el experimento en su parque o en cualquier lugar que le plazca a Vuestra Excelencia.
Con la mayor humildad me pongo a su disposición.
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