Un reciente estudio de IO Investigación, en colaboración con RSM, desmantela la creencia popular de que la Inteligencia Artificial (IA) es una de las principales preocupaciones laborales en España. Veamos qué es lo que realmente inquieta a los trabajadores españoles.
Los trabajadores en España dedican aproximadamente 38 horas a la semana en sus empleos. A pesar de este compromiso de tiempo, los miedos laborales no son tan intensos como podríamos pensar, con una puntuación media de 4,12 sobre 10 en el índice de miedos.
Enlace al estudio: Los miedos de los españoles trabajadores
Los Miedos Predominantes
Según el estudio, los temores más comunes están vinculados a cometer un error grave en el trabajo (50,63%) y a la pérdida del empleo (48,05%). Estas preocupaciones eclipsan cualquier temor relacionado con la tecnología emergente.
La IA y su Posición en la Escala de Miedos
Sorprendentemente, solo el 20,75% de los encuestados manifestó preocupación por ser reemplazados por la IA. Ignacio Hidalgo, socio del área Laboral de RSM, sugiere que la adaptabilidad a nuevas tecnologías será clave para mitigar estos miedos en el futuro.
Demografía de los Miedos
Los grupos más propensos a sentir miedo en el ámbito laboral son las mujeres, las personas de 25 a 44 años, y aquellos con ingresos medios o bajos. Estos grupos también son los más reacios a aceptar cambios laborales debido a sus temores.
Gestión de los Miedos
Cuando se trata de enfrentar estos miedos, el 48,35% opta por enfrentarlos directamente, mientras que el 34,74% prefiere evitar situaciones que les generen ansiedad. Solo un 31,30% ha buscado tratamiento para superar sus miedos.
Implicaciones para el Futuro
Estos hallazgos podrían tener un impacto significativo en cómo las empresas y políticos abordan la gestión del miedo en el lugar de trabajo, especialmente en lo que respecta a la adopción de nuevas tecnologías.
Los datos revelan que, más allá del temor a la IA, existen preocupaciones más inmediatas y personales que ocupan la mente de los trabajadores. Esto plantea la cuestión de si las políticas laborales y las estrategias de adaptación tecnológica están realmente alineadas con las preocupaciones de los empleados.