HP, una de las empresas líderes en tecnología, se encuentra en medio de una tormentosa controversia. La firma está siendo acusada de desactivar funciones en sus impresoras multifunción cuando los niveles de tinta son bajos, incluso si los usuarios no están intentando imprimir.
El modelo de negocio bajo lupa
Las empresas tecnológicas, especialmente las que se dedican a la fabricación de impresoras como HP y Canon, suelen seguir un modelo de negocio conocido como «rasuradora y cuchilla». Este modelo consiste en ofrecer el producto principal, en este caso, la impresora, a un precio relativamente bajo, pero obtener grandes beneficios de los consumibles, como los cartuchos de tinta. Según informes de Consumer Reports, estos cartuchos pueden llegar a costar a los usuarios hasta 70 euros al año.
Problemas pasados y presentes
No es la primera vez que HP se encuentra en una situación complicada por sus prácticas comerciales. En el pasado, la empresa ha tenido que compensar a clientes en países como Australia, Portugal, Italia, Bélgica y España. Estos problemas surgieron debido al sistema DRM (Digital Rights Management) de HP, que impide a los usuarios instalar cartuchos de terceros o recargados.
El Consejo Internacional de Tecnología de Imagen (IITC) ha acusado a HP de engañar a los clientes con una etiqueta ecológica para suscribirlos a pagos automáticos de cartuchos de tinta. Este sistema de suscripción inicia pagos recurrentes una vez que finaliza el período de prueba.
La demanda actual
La demanda que enfrenta HP en estos momentos sostiene que sus impresoras multifunción, algunas con funciones de escaneo y fax, se vuelven inoperantes sin tinta. Esto sucede incluso si los usuarios solo necesitan escanear o enviar un fax. Lo más alarmante es que, según la demanda, HP no divulga esta información a los consumidores.
Al observar la estrategia de precios de HP, surgen dudas. Mientras que sus escáneres independientes pueden costar cientos o miles de euros, varios de sus modelos multifunción están disponibles por menos de 100 euros. Esto podría insinuar otra táctica para impulsar las ventas de tinta.
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