¿Puede una máquina cantar como tu artista favorito? Esta pregunta, que podría haber parecido ciencia ficción hace unos años, está tomando forma en una realidad palpable. Google y Universal Music Group (UMG) están en conversaciones para desarrollar una herramienta que permita a la gente crear música generada por IA utilizando las voces y melodías de artistas populares.
Creando una nueva frontera en la música
La propuesta de Google y UMG
Los gigantes tecnológicos y musicales están negociando un acuerdo de licencia que podría permitir la creación de música con voces de cantantes famosos. Esta tecnología, conocida como deepfake, ha sido motivo de debate, ya que puede replicar con precisión la voz de un cantante, incluso sin su consentimiento.
Los derechos de los artistas
Bajo el acuerdo propuesto, los artistas tendrían la opción de optar por participar, y recibirían una compensación por el uso de su voz y melodías. Sin embargo, algunos artistas han sido vocalmente críticos sobre el uso de deepfake en música, mientras que otros han expresado su apoyo.
Oposición y apoyo en la industria
Voces en contra
Robert Kyncl, CEO de Warner Music Group, ha expresado su oposición a la tecnología deepfake, enfatizando la importancia de la voz y la persona del artista. Además, figuras como Drake y the Weeknd han criticado el uso no autorizado de su voz en colaboraciones generadas por IA.
Artistas que apoyan la innovación
A pesar de la resistencia, algunos artistas ven el potencial de la tecnología. Grimes ha ofrecido su voz para la creación de canciones, y Paul McCartney ha explorado el uso de IA para crear una nueva canción de los Beatles.
Consideraciones legales y éticas
Derechos de autor e infracción
La posibilidad de que la IA genere música que pueda infringir los derechos de autor es una preocupación real. Rosie Burbidge, socia de propiedad intelectual en Gunnercooke LLP, destacó la necesidad de probar la infracción de derechos de autor si la música es generada por IA.
Este potencial acuerdo entre Google y UMG puede ser un punto de inflexión en la forma en que concebimos y creamos música. La tecnología puede abrir puertas a la innovación, pero también plantea preguntas sobre la autenticidad y la ética en la creación musical. Solo el tiempo dirá si la industria está lista para abrazar esta nueva era.
Más información en The Guardian.