En un mundo cada vez más consciente del cambio climático, la búsqueda de fuentes de energía limpias y eficientes se ha convertido en una prioridad. En este contexto, Japón ha tomado una decisión trascendental: permitir que sus reactores nucleares operen más allá de los 60 años. Este movimiento audaz no solo busca enfrentar los desafíos energéticos actuales, sino también alcanzar los objetivos climáticos establecidos.
La reciente legislación aprobada por el parlamento japonés tiene como objetivo «establecer un sistema de suministro de electricidad que logre una sociedad libre de carbono», según un portavoz del parlamento. Aunque la edad límite técnica para los reactores sigue siendo de 60 años, se permiten excepciones para aquellos que han tenido que detener sus operaciones por razones «imprevisibles». Estas pueden incluir cambios en las directrices de seguridad o injunciones provisionales por parte de un tribunal.
Las nuevas reglas permiten a los operadores excluir los períodos de cierre al calcular los años totales de operación. Sin embargo, para obtener la exención, los operadores necesitan la aprobación del organismo de seguridad nuclear de Japón. Además, la ley incluye medidas destinadas a fortalecer las inspecciones de seguridad en los reactores que envejecen.
El gobierno japonés busca «asegurar un suministro estable de electricidad mientras promueve el uso de recursos de electricidad libres de carbono», según un comunicado del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón.
Este cambio legislativo se produce en un momento en que el gobierno japonés busca revitalizar un sector nuclear que fue desconectado después del desastre de Fukushima en 2011, causado por un devastador tsunami. Aunque la mayoría de los reactores nucleares de Japón permanecen inactivos hoy en día, la crisis energética global ha reabierto el debate sobre el tema. Las encuestas muestran que las opiniones públicas sobre la energía nuclear están suavizándose.
La decisión de Japón de permitir que sus reactores nucleares operen más allá de los 60 años es un paso audaz hacia un futuro energético más sostenible. Aunque la energía nuclear ha sido objeto de controversia en el pasado, su potencial para proporcionar una fuente de energía limpia y eficiente es innegable. Este movimiento podría ser un punto de inflexión en la forma en que vemos y utilizamos la energía nuclear, no solo en Japón, sino en todo el mundo. Esperemos que las desgracias como las de Fukushima I no se repitan.