La estimulación cerebral para mejorar la función cognitiva es un tema que ha captado la atención de la comunidad científica en los últimos años. Recientes investigaciones sugieren que la estimulación rítmica del cerebro con corrientes eléctricas podría potenciar nuestras capacidades mentales, abriendo un nuevo camino en el campo de la neurociencia y la psicología.
¿Qué es la estimulación cerebral?
La estimulación cerebral es una técnica que se utiliza para modificar la actividad del cerebro. En el laboratorio Reinhart de la Universidad de Boston, se ha estado investigando el impacto de una tecnología emergente de estimulación cerebral, conocida como estimulación transcraneal de corriente alterna (tACS), en diferentes funciones mentales tanto en pacientes como en personas sanas.
Durante este procedimiento, los individuos llevan una gorra elástica incrustada con electrodos que entregan débiles corrientes eléctricas oscilantes a frecuencias específicas a su cuero cabelludo. Al aplicar estas corrientes controladas a regiones cerebrales específicas, es posible alterar la actividad cerebral, incitando a las neuronas a disparar de manera rítmica.
Beneficios de la estimulación cerebral rítmica
¿Por qué sería beneficioso que las neuronas disparen de manera rítmica? La investigación, descrita en The Conversation, sugiere que las células cerebrales se comunican de manera efectiva cuando coordinan el ritmo de su disparo. De manera crítica, estos patrones rítmicos de actividad cerebral muestran anomalías marcadas durante enfermedades neuropsiquiátricas. El propósito de tACS es inducir externamente la actividad cerebral rítmica que promueve la función mental saludable, especialmente cuando el cerebro podría no ser capaz de producir estos ritmos por sí solo.
La tACS y su impacto en la función cognitiva
Sin embargo, la tACS es una tecnología relativamente nueva, y aún no está claro cómo funciona. Si puede fortalecer o revivir los ritmos cerebrales para cambiar la función mental ha sido un tema de considerable debate en el campo de la estimulación cerebral. Mientras que algunos estudios encuentran evidencia de cambios en la actividad cerebral y la función mental con tACS, otros sugieren que las corrientes típicamente utilizadas en las personas podrían ser demasiado débiles para tener un efecto directo.
Para abordar los datos contradictorios en la literatura científica, puede ser útil realizar un tipo de estudio llamado metaanálisis que cuantifica cuán consistente es la evidencia a través de varios estudios. Un metaanálisis reciente, que incluyó más de 100 estudios publicados con un total combinado de más de 2,800 participantes humanos, encontró mejoras consistentes e inmediatas en la función mental con tACS.
Mejorando la calidad de vida de las personas mayores
Estos resultados son particularmente relevantes para las personas mayores y aquellos con condiciones neuropsiquiátricas, quienes mostraron mejoras confiables en la función cognitiva con tACS. Además, se encontró que un tipo especializado de tACS que puede dirigirse a dos regiones cerebrales mismo tiempo y manipular cómo se comunican entre sí puede tanto mejorar como reducir la función cognitiva. Este efecto bidireccional en la función mental podría ser particularmente útil en la clínica.
Por ejemplo, algunas condiciones psiquiátricas como la depresión pueden implicar una capacidad reducida para procesar recompensas, mientras que otras como el trastorno bipolar pueden implicar un sistema de procesamiento de recompensas altamente activo. Si tACS puede cambiar la función mental en cualquier dirección, los investigadores pueden ser capaces de desarrollar diseños flexibles y dirigidos que se adapten a las necesidades clínicas específicas.
Un futuro prometedor para la estimulación cerebral
Los avances en el campo de la tACS están acercando a los investigadores a poder mejorar de manera segura la función mental de una manera no invasiva que no requiere medicación. La evidencia estadística actual en la literatura sugiere que tACS tiene promesa, y mejorar su diseño podría ayudar a producir cambios más fuertes y duraderos en la función mental.
Como veis, la estimulación cerebral para mejorar la función cognitiva es un campo de estudio prometedor que podría tener implicaciones significativas para mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente aquellas que luchan con condiciones neuropsiquiátricas y el envejecimiento.