Ya sabéis que soy un gran fan de la tecnología, siempre positivo, optimista con todo lo que puede hacer, siendo testigo de todas las alegrías que ha traído al mundo, desde la posibilidad de conectar a familias separadas por miles de kilómetros hasta la de cuidar mejor de nuestros mayores.
Con la Realidad Virtual, la Inteligencia Artificial, el Blockchain y demás tendencias de los últimos años, mi postura no ha cambiado, sigo creyendo que todo acabará para que podamos tener una mejor calidad de vida, aunque durante el camino nos encontraremos con baches inevitables.
En este artículo he decidido ser la otra cara de la moneda, la pesimista, y os comentaré cinco cosas que podrían ocurrir desembocando en un caos apocalíptico:
– Dependencia extrema de la tecnología: La tecnología ha evolucionado de tal manera que, hoy en día, dependemos de ella para casi todo. Desde el transporte, la alimentación, la comunicación hasta la medicina y la educación, nuestra vida diaria se ha vuelto cada vez más dependiente de la tecnología. Si algo fallara o si alguien decidiera tomar el control de la tecnología, podríamos vernos sumidos en un caos absoluto.
– Ciberataques: Los ciberataques son cada vez más comunes y sofisticados. Si bien la tecnología de seguridad también ha mejorado, los ciberdelincuentes siempre están encontrando nuevas formas de burlar la seguridad y causar caos. Un ataque masivo a la infraestructura crítica de un país, como el sistema eléctrico o el de transporte, podría causar un gran caos en la sociedad. Lo vemos con frecuencia cuando se ataca con Ransomware a los hospitales.
– Tecnología mal utilizada: La tecnología se desarrolla para mejorar nuestra vida, pero si se utiliza mal, puede tener el efecto opuesto. Por ejemplo, la tecnología de inteligencia artificial podría ser utilizada para crear robots autónomos que causen daño a las personas. Las armas autónomas son un ejemplo de cómo la tecnología puede ser utilizada para causar caos. Ya lo vimos en el pasado con la energía nuclear y la bomba atómica, podría volver a ocurrir.
– Tecnología fuera de control: La tecnología es cada vez más compleja y sofisticada, y en muchos casos, los humanos ya no pueden controlarla. Un ejemplo de esto es el comercio de alta frecuencia en los mercados financieros. Los algoritmos utilizados en el comercio de alta frecuencia son tan complejos que los humanos no pueden comprenderlos completamente. Si estos algoritmos se salen de control, podrían causar una gran volatilidad en los mercados financieros y en la economía en general.
– Dependencia de la inteligencia artificial: La inteligencia artificial se está desarrollando rápidamente y se está integrando cada vez más en nuestras vidas. Si bien la inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar nuestra vida, también existe el riesgo de que se vuelva demasiado poderosa. Si la inteligencia artificial llegara a controlar todo lo que hacemos, podríamos perder nuestro libre albedrío y vernos sumidos en un caos absoluto. Imaginaos que llega el momento en el que la IA decide cómo funciona un gobierno o la logística de distribución de alimentos de una ciudad, si esa IA falla, podrían pasar años hasta recuperar la normalidad.
A pesar de las preocupaciones que pueden surgir al imaginar un posible caos generado por la tecnología, es importante recordar que los avances tecnológicos también tienen el potencial de mejorar significativamente nuestra calidad de vida. La tecnología nos permite acceder a información y recursos valiosos de manera más rápida y efectiva, conectarnos con personas de todo el mundo y resolver problemas complejos de manera más eficiente, por lo que no podemos perder la fe.