Imaginado un futuro donde sea posible leer las señales cerebrales y saber lo que cualquier persona está pensando en cualquier momento. Puede parecer algo imposible, pero según Nita Farahany, de la Duke University, ya hay empresas trabajando en ello.
Los dispositivos portátiles impulsados por IA, como sombreros, bandas para la cabeza, tatuajes o auriculares, pueden recoger señales EEG y decodificar información del cerebro, como emociones, niveles de concentración y respuestas preconscientes.
Por otro lado, la tecnología incorporada en un reloj puede recoger señales electromiográficas para entender la actividad cerebral. La combinación de estas tecnologías permitirá a las personas interactuar con otros dispositivos utilizando sus pensamientos.
Farahany hace un llamado a una promesa de libertades cognitivas y libertad de pensamiento y privacidad mental, ya que esta tecnología tiene el potencial de ser poderosa y transformar el lugar de trabajo, pero también tiene la posibilidad de ser utilizada para explotar y hacer público lo más secreto de nosotros mismos.
Parece un poco pronto para pensar en estos temas, pero con la IA pasó algo parecido. Hay que definir reglas, lo que se puede y lo que no se puede hacer, antes de que la tecnología esté en las calles. En caso contrario los procesos y la burocracia volverán a estar en la cola, y los problemas irán apareciendo sin ninguna norma que los limite.
En este enlace tenéis la presentación completa sobre el asunto.