Los rayos son tan espectaculares como impredecibles y peligrosos. Hasta ahora, la sociedad ha podido protegerse de ellos a través de los pararrayos instalados en los edificios, un invento de Benjamin Franklin de hace 271 años, dedicado a atrapar los rayos para redirigirlos hacia la tierra con el objetivo de neutralizarlos, consiguiendo con ello que no provoquen daños en las personas y en las infraestructuras.
Pero ahora, casi tres siglos después, un grupo de 28 investigadores han logrado crear un dispositivo, de dimensiones similares al de un coche, que es capaz de crear una ruta alternativa mediante un potente láser para desviar los rayos hacia el cielo, para se que descarguen fuera, protegiendo zonas vulnerables.
Para proteger a la población y las infraestructuras importantes
Este dispositivo dispara un millón de pulsaciones láser ultracortos cada segundo, conformando la creación de un canal ionizado denominado filamento láser, que hace desviar a los rayos de nuevo hacia el cielo mediante la creación de una ruta alternativa.
Por ahora se ha experimentado con este dispositivo con éxito en la montaña Säntis, en el noreste de Suiza, junto a una torre de comunicaciones de 123 metros de altura, que por su altura, es proclive a la atracción de los rayos bastantes veces en un mismo año hasta poder llegar al centenar de ocasiones.
Por tanto, ha sido el escenario ideal para poner a prueba el experimento y observar como el nuevo dispositivo es capaz de evitar los impactos en la antena de comunicaciones. Los investigadores también han aprovechado la ocasión para conocer además el nivel de carga eléctrica con el que los rayos son capaces de impactar en la tierra.
Acorde a Farhad Rachidi, coautor de la investigación:
Lo que hemos hecho es medir estos campos electromagnéticos para entender el funcionamiento de los mecanismos físicos y validar el modelo que estamos desarrollando
Para Aurélien Houard, coordinador del proyecto de investigación:
Gracias al láser, podemos proyectar la energía a larga distancia con el fin de crear un camino para el rayo y convertirlo en una especie de guía, vaciando el aire con la ayuda de impulsos de láser muy potentes
Sin duda se trata de un importante hito, teniendo en cuenta que ha existido experimentación previa mediante el uso de impulsos por láser en laboratorios, sin que se haya mostrado evidencias del potencial de esta técnica para redirigir las descargas eléctricas de los rayos.
A este respecto, los investigadores consideran que el éxito del experimento con respecto a experimentaciones anteriores en laboratorios radica en el uso del mayor número de pulsaciones láser, llevándoles más de seis horas de experimentación, observando como hasta cuatro rayos cercanos han sido desviados de nuevo a el cielo, reflejándose los logros con todos sus detalles a través de una publicación en Nature Photonics, que acaba de aparecer hoy lunes.
Además de proteger a la población en las ciudades, este hito también permitirá preservar otros espacios, como montes altos, proclives a incendios por los numerosos impactos de rayos.
Vía: elpaís
Más información: Nature Photonics