La producción de carne cultivada en el laboratorio ha avanzado mucho, pero sigue siendo costosa.
Una tinta de impresión 3D innovadora podría ayudar a reducir los costos al utilizar los residuos agrícolas que de otra manera se desperdiciarían. Actualmente, para producir carne cultivada, se siembran células musculares animales en un andamio tridimensional que imita la estructura fibrosa de la carne natural. A medida que las células se reproducen, se adhieren al andamio y finalmente producen una pieza sólida de carne con la textura deseada.
Los científicos están buscando maneras de producir carne cultivada de manera ética y asequible. Una opción es utilizar subproductos animales como colágeno o gelatina, pero esto va en contra del objetivo de producir carne cultivada libre de crueldad. Otra opción es usar materiales sintéticos, pero estos pueden ser costosos. En busca de una alternativa más económica y ética, científicos de la Universidad Xi’an Jiaotong-Liverpool de China y la Universidad Nacional de Singapur investigaron el uso de desechos de cultivos como fuente de proteína para la producción de carne cultivada.
Lo que hicieron fue combinar proteínas de cereales, extraídas de cáscaras de cebada o centeno, con una proteína de maíz llamada zeína. Con eso crearon una tinta de impresión 3D comestible y crearon andamios que se utilizaron en la producción de carne de ratón y de cerdo cultivada, con jugo de remolacha para darle un color más de carne.
Ahora están estudiando el poder usar ingredientes de origen vegetal para el medio nutritivo en el que se cultivan las células musculares, lo que haría que la carne fuera más barata.
Crear carne cultivada en masa con los desechos de alimentos aliviará la presión sobre el medio ambiente de la agricultura animal, cambiando el mundo desde varios ángulos.
Podéis ampliar la información en la revista Advanced Materials y en la web de la universidad desde donde se llevaron a cabo los experimentos.