Microsoft ha anunciado que ha llegado a un acuerdo de 10 años con Nintendo para ofrecer Call of Duty en las consolas de Nintendo si se cierra la adquisición de Activision Blizzard. El acuerdo tiene una duración similar a la que Microsoft ha ofrecido a Sony, y el fabricante de Xbox se ha comprometido a seguir lanzando nuevas versiones de Call of Duty en Steam al mismo tiempo que en Xbox.
Este acuerdo está diseñado para presionar a Sony para que acepte una oferta similar. Poco después, el presidente de Microsoft, Brad Smith, dijo que Sony se había convertido en «el objetor más ruidoso» de la adquisición propuesta por Microsoft por 68,700 millones de dólares y que estaba «tan entusiasmado con este acuerdo como Blockbuster» lo estuvo con el surgimiento de Netflix.
Microsoft ya dijo que ofrecerá a Sony un contrato de 10 años para que cada nuevo lanzamiento de Call of Duty esté disponible en PlayStation el mismo día que en Xbox. Esto se ha insinuado en las últimas semanas debido a que los reguladores están examinando el plan de Microsoft para adquirir Activision Blizzard. Después del anuncio del acuerdo con Nintendo, el presidente de Microsoft, Brad Smith, dijo en Twitter: «Cualquier día que Sony quiera sentarse y hablar, estaremos encantados de cerrar un contrato de 10 años para PlayStation también».
El CEO de Microsoft Gaming, Phil Spencer, anunció los acuerdos con Nintendo y Valve el martes por la noche, antes de una reunión en la Comisión Federal de Comercio el miércoles. Se espera que el presidente de Microsoft, Brad Smith, y otros ejecutivos de la empresa se reunan con la presidenta de la FTC, Lina Khan, y otros comisionados, según un informe de Bloomberg.
Informes recientes han sugerido que la FTC está preparando un posible desafío legal para bloquear el acuerdo de Microsoft con Activision Blizzard. Microsoft también enfrenta el escrutinio regulatorio de la UE y la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA) del Reino Unido. Sin embargo, Microsoft ha rechazado las preocupaciones de la CMA, describiéndolas como «fuera de lugar» y acusando al regulador de adoptar «las quejas de Sony sin considerar el daño potencial a los consumidores».
Sony ha dejado en claro a los reguladores que está preocupado por el futuro de Call of Duty, por lo que está claro que la historia no ha acabado aquí.