Si millones de personas suben vídeos cada día a los servidores de Instagram, el espacio de «disco duro» necesita aumentarse constantemente. De hecho, los ingenieros de Instagram ya recibieron un aviso donde se comentaba que este tema estaba siendo un problema, no había tanto espacio para tanto vídeo.
Ante la amenaza de tener a los servidores saturados con miles de millones de reels, crearon un método para reducir el tamaño de los archivos y mejorar la calidad, sin necesidad de actualizar ningún hardware, sin poner más discos.
A principios de 2021 Instagram dio un plazo de 12 meses para encontrar una solución, y los ingenieros inventaron un sistema donde múltiples versiones codificadas de videos cargados, podrían reutilizarse. Los resultados fueron sorprendentes:
Al reutilizar un tipo de codificación de video para ayudar a generar otro tipo, los recursos informáticos se redujeron en los videos menos vistos en un 94 % y se logró una cantidad de recursos drásticamente reducida.
Gracias a los recursos disponibles, consiguieron producir codificaciones más avanzadas, aumentando así la fluidez de los vídeos existentes.
Instagram usa dos tipos de codificación de vídeo:
– Básica, compatibles con todos los usuarios de Instagram, con compresión de menor eficiencia, ideal para la reproducción en dispositivos más antiguos.
– Avanzada, con tecnologías de compresión más nuevas capaces de ofrecer detalles más nítidos con menos bits.
El primer método consumía un 80% de sus recursos, y las avanzadas solo un 15%
Se concentraron en optimizar la codificación básica, y consiguieron obtener tiempos de visualización generales más altos en todos los servidores.
Un trabajo de varios meses que es invisible para los usuarios, pero que deja claro cómo es importante tener a ingenieros pensando en todos los detalles constantemente.