Robert Sansone tiene 17 años, y ha ganado 75.000 dólares en el primer premio de la Feria Internacional de Ciencias e Ingeniería de Regeneron (ISEF) de este año, todo gracias a un motor que podría ayudar mucho en la industria de los vehículos eléctricos.
Se trata de un motor síncrono de reluctancia con un rendimiento mejorado respecto a los modelos existentes. Son motores usados para bombas y ventiladores, no para coches eléctricos (no tienen suficiente potencia), pero en la versión de Robert, gana en potencia y no usa metales costosos de tierras raras.
El chaval se considera un inventor, de hecho ya ha creado más de 60 proyectos. Vive en Florida, y entre otras cosas ha construido manos animatrónicas y botas para correr. Después de ver cómo son caros los motores usados en los coches eléctricos actuales, decidió ponerse manos a la obra y mejorar los modelos existentes del motor de reluctancia síncrona, ya que no requiere metales de tierras raras.
El primer prototipo estaba hecho de plástico impreso en 3D, alambres de cobre y un rotor de acero, y ya ganó algunos premios con él.
Empresas como BMW y MAHLE están desarrollando motores sin imanes por las mismas razones, para evitar la importación de metales raros de China, y construir de forma más eficiente. De hecho, el motor eléctrico de quinta generación de BMW no tiene imanes ni utiliza metales de tierras raras.
Robert Sansone no ha dado muchos detalles técnicos de cómo lo ha hecho, ya que quiere patentar su diseño. De momento, una de las características mencionadas, es que a 750 RPM, mostró un 37 por ciento más de eficiencia, siendo ese el límite de RPM conseguido hasta ahora (el plástico se derretía con más revoluciones por minuto).
Más información en societyforscience.org.