Rocket Lab lanzó hace pocas horas una nave espacial realmente pequeña, del tamaño de un microondas.
Se trata de CAPSTONE, y volará hacia la Luna durante varios meses para determinar si la órbita que la NASA pretende utilizar posteriormente es la adecuada.
Es un gran paso para asegurar la presencia en la Luna de forma constante y permanente, y todo ello gracias a CAPSTONE (abreviatura de «Experimento de Navegación y Operaciones de Tecnología del Sistema de Posicionamiento Autónomo Cislunar»).
La nave se lanzó desde un cohete de solo 18 metros, diseñado para poner satélites en órbita, y solo llegará a la órbita lunar prevista el 13 de noviembre.
El cohete responsable por el viaje realizará una serie de encendidos del motor durante los próximos cinco días. El sexto día aumentará su velocidad a 39.500 km/h, escapando así de la órbita terrestre e iniciando su viaje a la luna usando sus propios propulsores durante los próximos meses.
Llegará así a 1,3 millones de kilómetros de la Tierra a una órbita que no ha sido probada hasta ahora. Todo parece indicar que es una órbita muy estable, lo que sería ideal para poder tener un puesto lunar en el futuro.
La idea es que se puede llevar un puesto avanzado a dicha órbita para que sirva como un punto de parada para las misiones tripuladas a la superficie lunar. De hecho quieren enviar partes de la estación orbital a la Luna a fines de 2024, por lo que no hay tiempo que perder.
Esperemos que CAPSTONE demuestre la estabilidad de dicha órbita para que no se tenga que volver a empezar.
Tenéis más datos en rocketlabusa.com.