Después de que la UE estuviera más de una década trabajando para establecer un cargador común para móviles inteligentes y otros dispositivos electrónicos, con el objetivo de reducir la gran cantidad de desechos electrónicos generados por los consumidores en todo el bloque de la unión, hoy se ha dado un paso más en este objetivo mediante la aprobación de un acuerdo provisional en el seno del Parlamento Europeo.
La nueva norma comunitaria afectará a un total de 15 categorías de dispositivos electrónicos, si bien a los ordenadores portátiles se les dará 40 meses más de ventaja con respecto al resto de categorías de dispositivos electrónicos para adaptarse y cumplir con la misma ya en el año 2028.
Buscando la reducción de desechos y otros beneficios para los consumidores
La misma afectará a móviles, tabletas, cámaras digitales, auriculares, videoconsolas y otros dispositivos electrónicos, si bien se librarán dispositivos de reducido tamaño que hace inviable tener un puerto de carga físico, como es el caso de los relojes inteligentes o las pulseras cuantificadoras, si bien los miniauriculares finalmente entran también dentro de las 15 categorías contempladas en la norma.
El último paso se dará a finales de este mismo verano, en el que se tiene que aprobar la enmienda a la Directiva de equipos de radio de la UE para dar lugar a que la nueva norma sea ya de obligatorio cumplimiento para los nuevos dispositivos electrónicos que estén a la venta a partir de otoño de 2024.
Cuando se lleve a cabo la aprobación, la nueva norma entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE y las disposiciones comenzarán a aplicarse 24 meses después, para lo que básicamente será en otoño de 2024 cuando los dispositivos a la venta deban tener puerto USB-C.
Y cómo no, esta nueva norma también afecta a Apple, para lo que el principal negociador de la norma, Alex Agius Saliba, señala en rueda de prensa posterior que:
Si Apple quiere comercializar sus productos en nuestro mercado interno, en dos años tendrá que usar el estándar USB-C
Se estima que la nueva norma pueda ayudar a los europeos ahorrándoles 250 millones de euros en la adquisición de accesorios de carga, obligando además a que los fabricantes informen de las características de carga del dispositivo, si incluye cargador en caja, e incluso si pudiera ser compatible con un adaptador que ya se tuviera disponible.
Al margen del puerto de carga común, la UE también quiere abordar el establecimiento de un estándar interoperable de carga inalámbrica, si bien no actuarán de forma inmediata.