Drones entregando productos a los clientes, algo que parecía de ciencia ficción hace algunos años, ya es una realidad perfectamente estable en algunas regiones.
Son los drones Wing, los de Alphabet, matriz de Google, los que han llegado a las 200.000 entregas comerciales, dejando claro que en ese número no están incluidos los vuelos de prueba.
Hace solo seis meses las entregas llegaban a 100.000, principalmente en Australia, donde el mercado compite con los drones de Amazon. Solo en 2022 se han realizado 30.000 entregas, con un ritmo que ha llegado a una entrega cada 25 segundos.
Para aumentar la velocidad de crecimiento se asociaron con Coles, una de las principales cadenas de supermercados de Australia, para que pudieran entregar 250 artículos diferentes. Entre los productos entregados hay alimentos, productos para el cuidado de la salud y otras categorías, de momento solo en Canberra, la capital.
También entregan comida del restaurante de comida rápida KFC y comida vietnamita de Roll’d, pero no se han limitado solo a comidas, también han entregado pruebas rápidas de COVID-19 y productos de primeros auxilios.
Mientras otras empresas están analizando si es más efectiva la entrega por tierra usando robots autónomos dentro de las ciudades, Google (Alphabet) sigue apostando por los drones, una solución que sí tiene sentido en zonas rurales y de difícil acceso. Alphabet insiste en que los drones son perfectamente viables en las ciudades, y que podría ayudar a reducir la congestión del tráfico, los accidentes y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Razón no le falta, principalmente cuando vemos que gran parte de los vehículos que hay en un día normal en una gran ciudad, son furgonetas entregando paquetes a diestro y siniestro.
La competencia, Prime Air, de Amazon, no ha entregado números hasta ahora, de hecho tuvo despidos durante la pandemia.