Sobre el dinero invertido para frenar al cambio climático

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Muchos opinan que luchar contra el cambio climático no es cuestión de dinero y sí de actitud individual, aunque está claro que las acciones de cada uno depende de las políticas impuestas, de las normas establecidas y de las campañas de comunicación que se realicen.

Lo que está claro es que no podemos seguir ignorando una realidad cada vez más palpable, no podemos seguir siendo dinosaurios pagando para que sigan construyéndose asteroides, por lo que es importante actuar antes de que nuestros hijos se «coman el marrón» que estas últimas generaciones hemos ido creando.

Uno de los estudios más interesantes realizados sobre este tema es el que leí hace unos días en la BBC. En él se comentan algunos puntos importantes:

– Las naciones que han agregado más CO2 a la atmósfera no son aquellas donde más se sienten sus impactos. Hay falta de agua en las islas de Fiji, por ejemplo, y se están realizando muchas acciones para intentar sobrevivir.

– Las naciones ricas se comprometieron en 2009 a proporcionar 100 mil millones de dólares al año para luchar contra el cambio climático, aunque aún no se tiene claro quién debe pagar la factura o cómo se debe gastar el dinero. Hasta ahora los números están lejos de esas cifras, tal y como se aprecia en la imagen inferior de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No se espera que la cifra de 100 mil millones se alcance hasta 2023.

– La mayor parte del dinero provino de los gobiernos, pero las donaciones de empresas privadas son muy importantes.

– Japón, Alemania y Francia son los que más dinero han donado para acciones referentes a la lucha contra el cambio climático. Otros países más ricos, como Australia, Suiza o Noruega, han donado muchísimo menos. De los que han donado menos, Australia y Canadá son los que más contaminan. En la BBC hay una gráfico de burbujas donde el tamaño de la misma indica lo que cada país contamina. Cuando más arriba está, más dinero ha dado, cuanto más a la derecha, más rico es el país.

– Muchos países cuentan como inversión en este tema proyectos que pueden no estar muy definidos con «lucha contra el cambio climático»

– La mayor parte de la financiación climática no se ha destinado a los países de ingresos más bajos. Mucho de ese dinero se otorgó como un préstamo que hay que devolver, no como una subvención.

Hay proyectos de todo tipo, desde uno que apoya la energía renovable en Nigeria, a otro que permite la creación de un proyecto en Yemen para apoyar medios de vida resilientes y seguridad alimentaria.

Estamos dando pasos de ciego, cerrando contratos y dando dinero en proyectos que no sabemos si tendrán efecto en el cambio climático, pero por lo menos estamos dando pasos, y eso no es una mala noticia.

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