Las ráfagas de radio rápidas (FRB por sus siglas en inglés) son un fenómeno astrofísico que concentran una cantidad de energía superior a la emitida por el Sol en un año.
Estas ráfagas de radio rápidas se manifiestan como un pulso de radio fugaz con unos pocos milisegundos de duración en promedio. Cabe mencionar que las FRB pueden presentarse de un solo golpe, repetirse de forma aleatoria o bien, aparecer en función de un calendario predecible.
Hasta el momento ha resultado difícil descifrar el origen de estas ráfagas de radio rápidas. Sin embargo, es probable que pronto este enigma tenga una respuesta. Esto, gracias al surgimiento de un enorme conjunto de datos que podría ofrecer nueva información sobre este fenómeno.
Y es que en el transcurso de unas pocas semanas han logrado detectarse más de 1.600 nuevas señales que han sido atribuidas a una de las fuentes más estudiadas de FRBs. Esto ha hecho que se descarte una de las principales hipótesis sobre el origen de este fenómeno.
En ese sentido, han sido diversas las especulaciones hechas en torno al origen de las FRBs: agujeros negros, estrellas de neutrones, supernovas, partículas exóticas e incluso inteligencia extraterrestre.
Sin embargo, entre todos los sospechosos han sido los magnetares, estrellas compactas con campos magnéticos de gran potencia a los que se les atribuye mayormente su formación. Esta suposición cobró más fuerza luego de que fuera detectado recientemente un magnetar en nuestra galaxia del cual estaban emanando señales que resultaban similares a aquellas asociadas con los FRB.
Aunque esta situación pudiera suponer un veredicto final sobre el origen de las FRB un nuevo estudio hizo que esto fuera descartado rápidamente. En ese sentido, un grupo de astrónomos utilizaron el Telescopio Esférico de Quinientos Metros de Apertura (FAST) situado en China para llevar a cabo un análisis cercano de una de las fuentes más conocidas de FRB.
Se trata de la FRB 121102, la primera señal repetitiva descubierta de la cual recientemente se comprobó que es mucho más activa de lo que se creía. Tras una observación de casi 60 horas a lo largo de 47 días sobre la fuente, se detectó una cantidad de 1.652 ráfagas.
Dicho resultado refleja un aumento notable en la manifestación de las FRB que desde su descubrimiento en 2012 había tenido un registro de 347 estallidos. Gracias a la recopilación de estos nuevos estallidos es posible que en un futuro cercano se desvele el misterio de los FRB.
Respecto a esto, el autor del estudio Bing Zhang señaló «El gran conjunto de estallidos ayudó a nuestro equipo a afinar como nunca antes la energía característica y la distribución de energía de las FRB, lo que arroja nueva luz sobre el motor que impulsa estos misteriosos fenómenos».