Un estudio publicado en el Journal for ImmunoTherapy of Cancer Friday ha dejado a la comunidad científica impresionada, una vez más, sobre cómo los grandes descubrimientos a veces ocurren «sin querer».
La vacuna AstraZeneca, contra COVID-19, ha recibido muchas críticas en varias partes del mundo durante los últimos meses, pero ahora parece que puede funcionar como tratamiento para el cáncer, según Reuters.
Han sido investigadores de dos instituciones, el Instituto Jenner de Oxford y el Instituto Ludwig para la Investigación del Cáncer. Desde allí han conseguido adaptar la tecnología involucrada en la inoculación de COVID-19 para hacer un tratamiento contra el cáncer, y los resultados con animales están teniendo mucho éxito.
Por lo visto el nuevo tratamiento es una vacuna terapéutica de dos dosis contra el cáncer. La tecnología ARN mensajero ha salido a la luz en los últimos meses, y ha dejado claro que tiene mucho potencial para su uso en el tratamiento de otras enfermedades, incluyendo el cáncer.
Después de probarlo con ratones, los investigadores dicen que la vacuna podría probarse con humanos aún este año. De momento han encontrado una reducción en el tamaño del tumor y una mejor tasa de supervivencia.
Las pruebas que se realizarán con humanos en una primera fase será con 80 participantes con cáncer de pulmón.
La idea es que nuestro propio cuerpo, el sistema inmunológico, pueda combatir tumores, y la Astrazeneca podría usar el vector de la vacuna COVID-19 para transportar el código genético que impulsa al cuerpo a apuntar a dos proteínas presentes en la superficie de muchos tipos de células cancerosas.
De hecho las investigaciones continúan, ya que por lo visto también podrían provocar respuestas en las células T que ayudarían a encontrar células cancerosas y matarlas.
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