Científicos del MIT desarrollaron una prótesis de mano que permite ejecutar tareas cotidianas como cerrar una maleta, estrechar las manos y acariciar a un gato.
Estos dispositivos han sido objeto de un importante impulso de desarrollo durante el último tiempo, pero esto los ha hecho aparatos cada vez más caros, al menos en gran parte de los casos. Una excepción es este nuevo ejemplar presentado, cuyo costo de producción dista bastante de la media conocida.
Una asequible prótesis de mano
Por lo general, las neuroprótesis pueden llegar a costar decenas de miles de dólares. Fuera de todos los costos de investigación asociados, sus rígidas y pesadas estructuras suelen construirse alrededor de esqueletos metálicos, con motores eléctricos.
Una mano robótica inflable, desarrollada por el MIT y la Universidad Jiao Tong de Shanghai, proporciona a quienes tienen amputada esta extremidad un control táctil en tiempo real. Esta mano inteligente es de apariencia similar a la del protagonista de la película Grandes Héroes. Se trata de una prótesis suave, elástica, que pesa alrededor de media libra y cuyo costo de producción se acerca a apenas una fracción de la media comparable, pues la suma de sus componentes cuesta alrededor de $500 dólares.
El material usado como la “piel” estructural de esta prótesis es el elastómero comercial EcoFlex. Esta mano cuenta con cinco dedos en forma de globo, cada uno incrustado con segmentos de fibra, de apariencia similar a los huesos articulados en los dedos de una mano real.
A diferencia de la mayoría de las prótesis de esta clase, que utilizan motores independientes para cada dedo, en este caso los investigadores utilizaron un sistema neumático simple para inflar con precisión los dedos y doblarlos en posiciones específicas con las adecuadas garantías de agarre, gracias a la ayuda de una pequeña bomba que puede usarse en la cintura.
La propuesta presentada tras esta investigación llama la atención, además de su costo y peso, por su durabilidad, patentada en la capacidad que tiene de recuperarse rápidamente tras un golpe de martillo o tras pasarle un automóvil por encima, según afirman los investigadores.
Además, esta prótesis fue diseñada con un sistema de retroalimentación táctil, que restauró cierta sensación primitiva en el muñón de los voluntarios que participaron de los primeros ensayos. Cada yema de los dedos tiene cosido un sensor de presión, que produce una señal eléctrica al tocar o apretar algo, de manera proporcional a la presión percibida. Cada sensor está conectado a un área específica del muñón de un amputado, lo que ayuda a emular una sensación táctil frente a estos estímulos.
«Este no es un producto todavía, pero el rendimiento ya es similar o superior a la neuroprótesis existente, que nos entusiasma», comentó Xuanhe Zhao, docente de ingeniería mecánica y de ingeniería civil y ambiental en el MIT. «Hay un enorme potencial para hacer que esta prótesis blanda sea de muy bajo costo, para las familias de bajos ingresos que han sufrido una amputación», agregó el autor titular del estudio, en conversación con su casa de estudios.
Para conocer cómo funciona en la práctica esta prótesis, se encuentra disponible un vídeo ilustrativo. El equipo de investigación patentó este diseño a través del MIT. Actualmente, continúan trabajando para mejorar la detección y rango de movimiento de esta prótesis, para más adelante producir en masa estos ejemplares.