Imanes como método anticonceptivo masculino

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Imanes como método anticonceptivo masculino

Dentro de la anticoncepción masculina, el preservativo y la vasectomía constituyen métodos aprobados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuales sirven para mantener control en los índices de natalidad de una población.

Sin embargo, el primero puede resultar ineficaz, al ser propenso a fallos en el material con el cual está elaborado, mientras que el segundo supone una acción irreversible para la persona que se someta a este procedimiento. En esta materia ha surgido un nuevo método, probado en animales y creado por un grupo de científicos de la Universidad de Nantong, en China.

Durante su desarrollo, se llevó a cabo la inyección de nanomateriales magnéticos en roedores que luego fueron guiados desde fuera con ayuda de imanes externos hasta llevarlos a la zona de los testículos. Luego, se utilizó otro campo magnético para generar calor en esa área, dando como resultado una interrupción temporal de la producción de esperma.

Si bien esto puede resultar percibido como una experiencia desagradable, lo cierto es que, en contraste con métodos similares, este es menos traumático, de acuerdo a lo expresado en un nuevo comunicado de prensa acerca de la investigación.

En cuanto al experimento, los pequeños imanes fueron calentados a una temperatura de 40 grados, lo cual, si bien constituye un valor mayor al generado por el cuerpo humano, sigue siendo seguro. Al respecto, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnologías señala que se requeriría de una temperatura de 47 grados para generar en la piel quemaduras de primer grado, de manera que estos imanes calentados a una temperatura menor, no deberían suponer un factor de peligro que pueda ocasionar daño alguno al cuerpo.

Así también, se observó que el tratamiento presentó una eficacia prolongada en el tiempo en la que luego los ratones recuperaban su estado reproductivo habitual. Inicialmente, como respuesta al calor, se produjo un encogimiento leve de los testículos de los ratones, ocasionando así un alto en la producción de espermatozoides.

Al cabo de 7 días los ratones solo expulsaban espermatozoides inactivos, pero llegado el día 60, volvieron a recuperar su ciclo reproductivo logrando engendrar camadas de 12 crías por hembra.