Investigadores logran generar por primera vez superconductividad a temperatura ambiente

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Lograr el funcionamiento de superconductores a temperatura ambiente era un objetivo que durante décadas pareció inalcanzable. Ahora ya es posible. Hasta ahora era necesario mucho frío, muy por debajo de cero, lo que es difícil conseguir fuera del laboratorio.

Así es, un grupo de investigadores consiguió generar superconductividad a temperatura ambiente en un laboratorio haciendo uso de un compuesto que contiene hidrógeno, azufre y carbono, lo cual permitió generarlo a una temperatura de 13,3°C, la más alta alcanzada hasta el momento.

Cabe destacar que este resultado se obtuvo bajo presiones extremadamente altas, las cuales fueron 2 millones de veces superiores respecto al aire que respiramos, todo un hito de acuerdo al físico computacional de la Universidad La Sapienza de Roma, José Flores-Livas quien pese a no ser participe del trabajo expresó su admiración por el logro, haciéndose énfasis también en el progreso alcanzado respecto a los índices anteriores de -75 y -23 grados centígrados.

Inicialmente los investigadores procedieron a mezclar carbono y azufre, elementos que luego fueron luego molidos hasta formar pequeñas bolas. Estas después fueron apretadas entre 2 diamantes, agregando a su vez gas de hidrógeno en el proceso.

Posteriormente se procedió a iluminar un laser durante varias horas en el compuesto a fin de romper los enlaces presentes entre los átomos de azufre y poder así alterar tanto la química del sistema como el comportamiento de los electrones, dando como resultado un cristal superconductor a bajas presiones.

Añadido a esto, resulta notable la pequeñez del cristal, el cual alcanza un tamaño de unas 30 millonésimas de metro de diámetro debido a las altas presiones generadas por la superconducción.

Pese a la hazaña obtenida, los investigadores aún no han podido ser capaces de ofrecer detalles exactos que expliquen la dinámica involucrada en el funcionamiento de este compuesto debido a la poca comprensión que tienen del mismo.

Sin embargo, se han tomado iniciativas para desarrollar herramientas que permitan descifrar esta incógnita, de manera que los investigadores puedan posteriormente realizar los ajustes necesarios en la composición a fin de mantener las propiedades superconductoras en el compuesto, aunque éste se encuentre a presiones bajas.