Logran crear dispositivo capaz de «ver» lo que hay tras la niebla

Publicado el

Dispositivo de la Universidad de Stanford

Investigadores de la Universidad de Stanford han desarrollado un dispositivo capaz de recrear en tres dimensiones aquellos objetos que puedan encontrarse en entornos con una difícil visibilidad, como pueda ser consecuencia de niebla densa, bastante polvo en suspensión, una fuerte tromba de lluvia, entre otras posibilidades.

Eso sí, no nos hagamos ilusiones, ya que el dispositivo debe tomarse su tiempo para poder hacer el escaneo previo a la recreación de los objetos, pudiendo llegar desde un minuto hasta una hora, por lo que en la actualidad no es viable su utilización en los vehículos autónomos para su utilización en situaciones adversas.

Aún así, como comentan en Gizmodo, funciona de manera similar a los escáneres LIDAR con láser, donde se sigue empleando un potente láser para tratar de atravesar el entorno de difícil visibilidad, aunque los científicos han probado su nuevo dispositivo utilizando una pared de espuma en su lugar.

Lo interesante viene cuando, a pesar de que regresan muy pocos fotones de vuelta, comparativamente a la cantidad de luz emitida por el propio láser, capturados a través de un detector de fotones de alta sensibilidad, un algoritmo es capaz de recrear el objeto u objetos que se encuentran tras el señalado entorno con la poca información que recibe, con un alto grado de precisión, y prácticamente en tiempo real desde que recibe los datos.

Sin duda en un paso más que interesante, y que con el tiempo se puede ir mejorando de cara a su aplicación en los vehículos autónomos, pero ya en su estado actual es perfectamente aplicable en el campo de la imagen médica, evitando la necesidad de hacer cirugía exploratoria.

En un futuro cercano es posible su utilización como accesorio para las sondas espaciales para ver a través de las nubes, lo que revolucionará la tecnología de exploración espacial.

Los interesados pueden conocer más de cerca el nuevo dispositivo a través de un artículo publicado en Nature Comunications hace casi un mes, unido también al siguiente vídeo demostrativo:

Comparte en: