Hay algo que sabemos con total seguridad: el 5G no es peligroso para la salud, no más que el café, pero tampoco es tan «invisible» como el aire.
Desde la OMS ya han hecho varios estudios sobre el tema, siendo el más reciente de febrero de este año, y en él dejan bien claro lo siguiente:
De momento, y después de mucha investigación, no se ha identificado ningún efecto adverso en la salud (haciendo referencia a la exposición a tecnologías inalámbricas). Hemos hecho muchos estudios sobre el espectro radioeléctrico, pero aún hay que hacer más sobre las frecuencias que utilizará 5G.
Sobre el calentamiento de tejidos, ya se ha identificado que el aumento es insignificante en el cuerpo humano […] no se anticipan consecuencias para la salud pública.
Pero para dejarlo todo claro, mejor lo comento en vídeo:
Como podéis ver, hasta 2022 no tendremos el resultado completo, el informe minucioso con las consecuencias de la exposición, pero ese informe únicamente traerá detalles extra. Si el 5G provocara cáncer y otras enfermedades más serias, ya se habría identificado antes de desarrollar una tecnología a gran escala como esta.
Es un bulo afirmar que el 5G mata, es falso decir que el 5G es completamente diferente al 4G en lo que respecta a la salud del ser humano, y ya hay documentos serios que así lo afirman, aunque aún no se hayan realizado todas las pruebas necesarias para tener la documentación cerrada al 100%.
Podéis leer más información sobre el tema en este artículo, en castellano, del National Geographic.