Ya hemos oído en todos los medios que tenemos que respetar la distancia entre personas para evitar contagios, y parece que hay fabricantes de bicicletas que se han puesto muy en serio con la tarea.
Así ha sido el caso de Colin Woof, ingeniero y constructor de bicicletas con sede en Glasgow que ha construido un tándem ridículamente largo adecuado para la actual pandemia de Covid-19.
Con 4,3 m de largo, tiene hasta nombre: Social Distandem, un vehículo que respeta las pautas actuales de distanciamiento social del gobierno del Reino Unido, que requieren que las personas se mantengan a dos metros de distancia de cualquier persona que no sea de su propio hogar.
Ha sido construido a partir de bicicletas desechadas donadas a Bike for Good, una organización benéfica de ciclismo también con sede en Glasgow.
Cuenta con cambio trasero controlado por el copiloto trasero del tándem, y un plato «flotante» utilizado como tensor de la cadena de distribución.
En realidad se trata de una especie de broma, un guiño a las normas actuales. No está pensado para fabricarse en serie, pero su creador ha dejado claro que el distanciamiento social no es una broma, su bicicleta solo quiere recordarlo.
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La bicicleta es tan larga que la parte delantera y trasera se sienten extrañamente desconectadas. El conductor delantero está equilibrado justo en la rueda delantera y al girar la rueda delantera se balanceará la parte delantera de la bicicleta de un lado a otro, mientras que la parte trasera solo sigue avanzando en línea recta. Es decir, está optimizada para líneas rectas.
Comenta en bikeradar.com que el proyecto no habría sido posible sin el apoyo de Bike For Good, gracias a la cual tuvo acceso a las piezas de chatarra para este proyecto, así como a otras organizaciones benéficas de reciclaje de bicicletas de Escocia: The Bike Station, Bikes for Refugees, etc.