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Tatuajes invisibles para identificar a niños vacunados, financiados por Bill Gates

cartilla de vacunas

Saber quién está vacunado y quién no es algo extremadamente importante para admisión en escuelas, control de enfermedades o iniciativas nacionales de vacunación en los países en desarrollo.

En muchos casos es necesario realizar un seguimiento de quién tomó qué vacuna y cuándo, y eso es algo difícil de realizar si seguimos usando el método de la cartilla de vacunas en papel.

Ahora llega otra solución desde el MIT: han creado una tinta que se puede poner de manera segura en la piel junto con la vacuna en sí, y solo es visible usando una aplicación y filtro especial para la cámara del teléfono inteligente.

La idea es tener el registro de una vacuna directamente en la piel del paciente en lugar de documentarla electrónicamente o en papel, algo fundamental en áreas donde las tarjetas de vacunas en papel a menudo se pierden o no existen en absoluto, y las bases de datos electrónicas son desconocidas.

Esta tecnología podría permitir la detección rápida y anónima del historial de vacunación del paciente para garantizar que cada niño sea vacunado.

La Fundación Bill y Melinda Gates financió la investigación del equipo, que se publicó en la revista Science Translational Medicine el miércoles. Según una historia de Scientific American, el proyecto surgió a raíz de una solicitud directa del propio fundador de Microsoft, Bill Gates, quien ha participado personalmente en los esfuerzos para erradicar la poliomielitis y el sarampión a través de las vacunas.

El tatuaje es un patrón formado por minúsculos puntos, pequeños cristales semiconductores que reflejan la luz y brilla bajo la luz infrarroja. El patrón, y la vacuna, se administran en la piel utilizando microagujas solubles de alta tecnología hechas de una mezcla de polímeros y azúcar.

De momento solo es un concepto, pero los investigadores ya lo probaron en ratas y descubrieron que los patrones aún eran detectables nueve meses después de la inyección. En modelos de piel de cadáver humano, los patrones duraron cinco años de exposición al sol simulada.

Imagen de depositphotos

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