Lejos de querer hacer robots que saltan y hacen piruetas, hay un proyecto cuya misión es hacer robots realmente útiles, y ya han mostrado uno de los resultados: el que separa basura.
Comentan en blog.x.company que el mundo de la robótica actual se parece mucho al mundo de la informática hace 50 años. Se habla mucho y se optimista acerca de lo que los robots podrían hacer para ayudar a las personas en sus vidas cotidianas, sin embargo, ese futuro aún está lejos. La mayoría de los robots están donde estaban las computadoras centrales en los años 60 y 70: costosas máquinas especializadas, operadas por expertos, que realizan tareas especializadas en entornos especialmente diseñados.
El equipo de The Everyday Robot Project trabaja para ver si es posible crear robots que puedan realizar una variedad de tareas útiles en los espacios desordenados y desestructurados de nuestra vida cotidiana. Indican:
Para que los robots sean útiles en los entornos cotidianos, debemos alejarnos de codificarlos minuciosamente para realizar tareas específicas y estructuradas exactamente de la manera correcta en el momento exacto. Hemos concluido que debemos enseñar a las máquinas a realizar tareas útiles; No puedes programarlos.
En los últimos meses, han estado realizando un experimento en sus oficinas que pone a los robots a trabajar en una tarea que tiene la cantidad justa de complejidad: lo suficientemente difícil como para crear dudas sobre si es posible o no, pero no tan difícil que tomaría un año obtener una señal clara de «está funcionando» o «es imposible». También querían hacer algo claramente útil, y enseñaron a los robots cómo clasificar los desechos: dividiendo tazas, botellas, envoltorios de bocadillos y más en vertederos, reciclaje y contenedores de compost.
Para que sus robots aprendan a realizar estas tareas, están utilizando una variedad de técnicas de aprendizaje automático. Estos incluyen simulación, aprendizaje de refuerzo y aprendizaje colaborativo. Cada noche, decenas de miles de robots virtuales practican la clasificación de los desechos en una oficina virtual en su simulador de nube; Luego trasladan el entrenamiento a robots reales para refinar su capacidad de clasificación. Esta capacitación en el mundo real se integra nuevamente en los datos de capacitación simulados y se comparte con el resto de los robots para que la experiencia y el aprendizaje de cada robot se comparta con todos ellos.
Durante los últimos meses, sus robots han clasificado miles de pedazos de basura y han reducido los niveles de contaminación de desechos de su oficina del 20%.
Miles de robots separando la basura de los humanos para facilitar su reciclaje… estamos cada vez más cerca de llegar a ese punto.