La historia de Snapchat está llena de saltos, pero parece que han conseguido encontrar la receta para volver a captar el interés de los usuarios: la realidad aumentada.
Está claro que la idea de las gafas fue un fracaso, y es importante recordar que las acciones de la compañía pasaron el año pasado incluso por debajo del precio de la OPI, pero hay mil millones de usuarios de Android que siguen pensando que vale la pena reservar un espacio en el teléfono para esta aplicación.
La que empezó como la app de las imágenes que desaparecen, y siguió con un a política de navegación de contenido realmente extraña, llego a 2017 con un pie en la tumba. Snapchat dijo en aquel momento que se gastaron 2.300 millones y recaudaron solo 149, y los inversores pusieron el grito en el cielo.
Ahora estamos ya en 2019 y Snapchat sigue funcionando. Las suscripciones «Premium Snapchat» están disponibles para cuentas que crean contenido exclusivo, y su rediseño, más intuitivo, ha permitido que inversores y usuarios recuperen la confianza en una app que, eso sí, estará lejos de competir con Instagram en el mismo sector.
Con un número de instalaciones muy semejante al de Google Calendar, Snapchat entra así en un club muy exclusivo, el club de los 1.000 millones.