Muchos drones pueden volar sin necesidad de ser pilotados, algo posible cuando se usa GPS para estar siempre localizados. EL problema es que la señal GPS puede bloquearse constantemente, tanto por atques como por obstáculos artificiales o naturales, por lo que no es un sistema inmune a fallos.
Para solucionar este problema, investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado un nuevo método basado en una antena. Ponen una en el suelo para indicarle a un dron dónde está, ofreciendo así un plan B en caso de que el GPS falle.
Las pruebas se realizaron con éxito hace pocas semanas, cuando pusieron dentro de los drones algunos transpondedores (tipo de dispositivo utilizado en telecomunicaciones) a bordo que envían señales a los operadores y a cualquier aeronave de los alrededores sobre su paradero. El sistema de transmisión indica constantemente su posición al resto de los drones, y si el GPS no funciona, se usará un conjunto de antenas terrestres para captar las señales y luego triangular la posición del avión.
La idea es sencilla: se escucha desde Tierra el mensaje enviado por el dron y se identifica su posición sin necesidad de consultar el GPS.
Las pruebas se realizaron en el Columbia Gorge Regional Airport, donde el dron realizó un recorrido de 2 km sin usar el GPS.
El problema es que este sistema de antena terrestre solo funciona cuando el equipo vuela con un avión no tripulado en un aeropuerto que tenga este sistema de antena, pero ya están trabajando para eliminar este límite. En otoño, Lum se asociará con T-Mobile para tratar de usar torres de teléfonos celulares para realizar la misma función, tal y como indican en techxplore.com.
Una vez que los drones puedan volar distancias más grandes sin GPS, el equipo espera usarlos para ayudar a transportar suministros médicos hacia y desde áreas rurales en el estado de Washington.