La administración de Trump ha querido salir al paso de las informaciones aparecidas ayer en la que daba cuenta de que tenía intenciones de llevar a cabo el desarrollo de su propia red de telefonía 5G, negando dicha información publicada ayer noche por Axios en base a unos documentos confindenciales que han llegado a sus manos.
Estos documentos contemplan dos opciones: la primera sería que el propio gobierno costease y desarrollase una red 5G única, sirviendo así para «proteger a Estados Unidos contra China y otros actores malos», y la segunda que sean los propios operadores quienes desplieguen sus redes 5G y compitan entre sí, aunque esta opción es descartada por una fuente cercana al borrador de los documentos, decantándose por una una sola red centralizada.
La publicación Recode señala hoy, en base a sus fuentes en La Casa Blanca, que el memorando citado por Axios no sólo es viejo sino que además no se trata de ninguna propuesta seria del Consejo de Seguridad Nacional.
Tan sólo un memorando presentado de forma anónima por un funcionario de dicho organismo en la que hacía un llamamiento al Gobierno de los Estados Unidos para nacionalizar una parte del sector de las telecomunicaciones como un intento para evitar la influencia China, nada que ver con un anuncio relevante e inminente.
Además, el presidente de la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones), Ajit Pai, señalaba hoy lo siguiente en un comunicado:
Me opongo a cualquier propuesta para que el gobierno federal construya y opere una red 5G a nivel nacional (…) La lección principal que se debe extraer del desarrollo del sector inalámbrico en las últimas tres décadas, incluido el liderazgo estadounidense en 4G, es que el mercado, no el gobierno, está mejor posicionado para impulsar la innovación y la inversión.
De esta manera, queda descartado que la administración de Trump se ponga manos a la obra para construir su propia red 5G, quedando su desarrollo y despliegue en manos de las operadoras de telecomunicaciones.