Si usáis Alexa, asistente de Amazon, para escuchar las noticias del día o saber el tiempo que hará hoy, seguramente podréis imaginar las posibilidades que puede tener un asistente así en cualquier sector profesional. Solo es necesaria una adaptación de la inteligencia artificial, y de la base de datos de información a la que accede, para que Alexa se transforme en un ayudante de laboratorio, y eso es lo que están haciendo en un laboratorio de Estados Unidos.
Se trata de una adaptación que comentan en el MIT, una modificación realizada por el desarrollador de software James Rhodes, cuya mujer es microbióloga, para que Alexa se amplíe con lo que llama Helix, ampliación que lo transforma en técnico de laboratorio.
La idea es permitir que los científicos puedan consultar puntos de fusión, ejecutar cálculos simples o pedir que se lea en voz alta un procedimiento experimental mientras las manos están ocupadas con productos químicos, y este tipo de asistentes son perfectos para el tema.
Helix ya se ha probado en el laboratorio de DeLacy Rhodes, su mujer, y lo han presentado en la Sociedad Estadounidense de la Química, donde tuvo mucho éxito.
De momento solo es una prueba, algo utilizado en un ambiente muy reducido y con opciones muy limitadas, pero ya es posible registrarse en askhelix.io para probar una primera versión funcional. El objetivo es ir ampliando sus capacidades, por lo que es un futuro cercado será posible incluso hacer pedidos de materiales de laboratorio directamente, usando la voz.