El futuro está en los dispositivos electrónicos biodegradables, y los científicos de la Universidad de Stanford han presentado algunos resultados relacionados en este tema.
Se trata de un wearable extremadamente ligero y delgado, hecho con un semiconductor biodegradable sintetizado a partir de una molécula encontrada en la tinta del tatuaje.
También han creado una nueva película extra-delgada hecha de fibras vegetales, necesaria para poder incrustar el dispositivo en cuestión. Incluye electrodos, hechos de aluminio y hierro, que se funden completamente junto con el resto del dispositivo.
El objetivo es permitir su funcionamiento perfecto, así como la posibilidad de deshacerlo completamente al ponerlo durante 30 días en un líquido aún menos ácido que el vinagre.
Quieren así poder almacenar información digital sensible en dispositivos que puedan ser destruidos fácilmente, por lo que la idea es tener esta tecnología en dispositivos médicos implantables, sensores biológicos e incluso prótesis. Para asegurarse de que este nuevo tejido no es tóxico, lo pegaron en las células del músculo cardíaco de un ratón durante unos días, y las célular no murieron, siguen en perfecto estado.
Aún faltan algunas pruebas para que pueda usarse entre los humanos, pero está claro que es una buena noticia para el planeta, que dejará de ver tanta basura electrónica en el futuro.