Como hemos dicho en numerosas ocasiones, nos estamos adentrando en un mundo en el que dispondremos de diferentes dispositivos conectados que nos facilitarán la vida en una serie de aspectos. Pero aún así lo que todavía no sabemos es que hasta qué punto los hábitos que recogen dichos dispositivos podría ser usados en contra nuestra en caso de ser acusados por la justicia.
En este sentido, ahora nos encontramos con el caso de asesinato de Victor Collins, en el que la Policía de Arkansas, en el marco de sus investigaciones, ha solicitado a Amazon Inc. que les proporcione todo tipo de registros que pudieran disponer en sus servidores realizados a través de la unidad de Amazon Echo perteneciente a James Bates, acusado de dicho asesinato a principios de este año (2016).
Amazon, por su parte, se ha negado a satisfacer dicha solicitud, entregando sólo los detalles de la cuenta de usuario de James Bates así como su historial de compras. Como señalan desde la publicación The Information, la policía ha sido capaz de extraer datos de la unidad de Amazon Echo de James Bates aunque en estos momentos no se sabe qué tipo de información pudiera haber obtenido.
Si no fuera suficiente, ante el hecho de que James Bates también dispone de otros tipos de dispositivos conectados, en el marco de dichas investigaciones, tratan de vincular el consumo de agua registrado en su medidor de agua sospechándose que la cantidad de agua registrada en un intervalo de tiempo ha podido emplearse para lavar las pruebas.
El abogado de Bates considera que se iría contra la privacidad de las personas en caso de que la policía quiera obtener la información disponible en los dispositivos de dichas personas. Este caso hace recordar bastante la negativa de Apple a colaborar con el FBI en el caso de asesinato de San Bernardino.
Ahora el tema está en la búsqueda del equilibrio entre la privacidad y la justicia.