Mucho cuidado si piensas publicar cualquier foto de tu bebé u otro niño pequeño en las redes sociales pues, al menos en Francia, estos últimos ahora podrán alegar una falta a la privacidad ante un tribunal por el uso de sus fotos íntimas sin permiso y conseguir que sus orgullosos padres y familiares sean multados hasta con 45.000 euros, sino es que condenados a un año de prisión, por los daños y perjuicios causados.
Y es que así como son compartidas fotos dignas de un anuncio con extraordinarios paisajes y momentos de película con los niños saltando y pasándola bien en familia, no son pocas las ocasiones en las que se publican imágenes vergonzosas para los protagonistas -su primera ida al baño, comportamientos graciosos en sus primeros intentos de conocer el mundo, prácticas deportivas forzadas, etc.- que luego de unos años pueden hasta convertirlos en víctimas de bullying; todo, simplemente por el descuido de algunos padres que exponen a sus chicos sin considerar las consecuencias.
En fin, aunque se atiende a estrictas y ejemplares normativas para el público de Francia, no deja de ser un llamado de atención al resto del mundo para pensar un poco antes de rendirse al deseo de ser popular con las fotos de otro ser humano, en este caso, sus propios niños. Tampoco se trata de armar un complejo debate cada vez que se pretenda pulsar el obturador, pero en lo posible, no sobra una charla con dichos pequeños o, si no están aún en la edad suficiente, al menos considerar que todo lo publicado en la red puede durar años y ese gracioso instante recientemente capturado puede traerles hasta problemas psicológicos en un no muy lejano futuro.
Más información: Artículo en The Guardian | Imagen: Facebook Ads