Desde 2007, Intel ha seguido un proceso de producción de microprocesadores conocido como Tick-Tock, un proceso dividido en dos fases donde en la primera, conocida como Tick, se aplica una nueva técnica de fabricación de microprocesadores, y en la segunda, conocida como Tock, se actualiza los microprocesadores a una nueva arquitectura.
Pero los problemas que últimamente ha estado teniendo con su tecnología de 10 nanómetros, motivo por el cual no ha querido poner en producción microprocesadores con dicha tecnología a finales del pasado año, como tenía previsto, la compañía ahora optará por un proceso de producción de microprocesadores basado en tres fases: Proceso-Arquitectura-optimización.
Así lo ha reflejado la compañía en la reciente presentación de su informe anual, en el que espera alargar en el tiempo el uso de actual tecnología de 14 nanómetro así como su tecnología de próxima generación de 10 nanómetros.
Ello significa que el lanzamiento de procesadores con tecnología de 10 nanómetros se lanzará en la segunda mitad del próximo año (2017) y no en este como estaba previsto, de modo que los microprocesadores Kaby Lake utilizará transistores de 14 nm desplazando el uso de transistores de 10 nm a los micrpprocesadores Cannonlake, que como indicamos, se lanzará en la segunda mitad de 2017.
Cabe señalar que la Ley de Moore, que indicaba que cada dos años se multiplica el número de transistores en un microprocesador, se ha ido alejando de los procesos de producción de Intel en los últimos años, ya que el periodo se ha prolongado a más de medio año más, según señaló Brian Krzanich, CEO de Intel, el pasado verano.
Y es que cada vez se hace más difícil aplicar nuevas técnicas de fabricación a los procesadores basado sólo en silicio.