Hay muchos miles de personas que viven grabando vídeos sobre los más diversos temas: críticas de videojuegos, maquillaje, artes manuales, trucos, tutoriales… En muchas ocasiones hablamos de vloggers (bloggers que presentan información en formato de vídeo) con miles de seguidores que ganan dinero de anunciantes a cambio de una crítica de su producto.
El problema es que a menudo no sabemos si lo que se está presentando es el resultado de una acción natural o de un acuerdo comercial, algo que puede afectar a la objetividad de la información emitida.
Eso cambiará en el Reino Unido, ya que The Committees of Advertising Practice acaba de emitir una guía en la que deja claro que será obligatorio informar que se trata de un anuncio antes de comenzar la presentación.
En dicha guía se presentan varios escenarios, ocho, para ser exactos, siendo uno de ellos el típico caso de la marca que envía un producto de forma gratuita al vlogger para que se haga la revisión del mismo (en ese caso no es necesario indicar nada). Dejan claro que esa lista es solo un ejemplo, ya que pueden ocurrir otros casos en los que también será necesaria la mención.
Indican en mashable que la obligación para informar que se trata de un vídeo-anuncio solo existirá cuando haya un pago entre las marcas, pero de momento no se ha indicado lo que puede ocurrir en caso de no aplicarse la norma.
En esta dirección copiaron tu noticia sin mencionar la fuente: https://unividafup.com/bienestar/los-youtubers-del-reino-unido-tendran-que-dejar-claro-si-les-estan-pagando-por-hacer-un-video/#comment-1373 no sé si a ti te moleste pero a mí me parece de mal gusto.
Gracias por avisar, Jacinto. Por desgracia es algo extremadamente común con nuestras noticias, paras uno y nacen diez… sin duda, es de mal gusto.
Me parece que regular toda actividad publicitaria es algo beneficioso para el sector. Cuando alguien es un líder de opinión o simplemente lo han elegido para influir en la decisión de compra, debe ser indicado. No obstante en España aún se suelen «colar» espacios publicitarios en forma de contenido en programas de diversa índole, intentando evitar el rechazo que de por sí provoca la publicidad convencional.