Hace unos años compré un CD de música y, por un accidente casero (arañón profundo), dejó de poder reproducirse después de solo una semana de haberlo comprado. Fui a la tienda con la esperanza de obtener otra copia gratuita, pero me lo dejaron claro: lo que yo compré fue un pedazo de plástico, no el derecho de escuchar la música, si el plástico se rompe, dejo de poder disfrutar de la música que compré. Es decir: no compré música.
Una solución podría ser comprar un CD e inmediatamente después hacer un backup exportando los temas en mp3 (estamos hablando de una época en la que no había música por streaming ni opciones de adquisición digital como hoy), pero eso no estaba permitido en algunos países, por lo que los consumidores nos quedábamos con las manos atadas sin poder hacer otra cosa más que cuidar el plástico como si de oro se tratara.
El Reino Unido era uno de esos países, pero ahora han cambiado la ley para permitir que a partir de este verano sea legal la copia privada de contenido digital (mp3, CDs y DVDs).
Así lo informan en torrenfreak.com, donde comentan que ahora se podrá hacer una copia de las películas, libros o músicas que compremos sin por ello infringir la ley de protección de derechos de autor. También está permitido realizar copias de seguridad de músicas y películas en la nube, pero recuerdan que está prohibido dar acceso a otras personas a dichas copias.
Aún queda responder a la pregunta de cómo se conseguirá controlar la privacidad de la información particular guardada en la nube, aunque eso es algo que seguramente nunca tendrá una respuesta.
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