Saltando de empresa en empresa, tanto en seminarios como en reuniones, charlas y eventos de todo tipo, me encuentro frecuentemente con la frase con la que comienzo el artículo, frase que siempre da inicio a unos buenos momentos de discusión.
Hace un par de semanas, participando de unas charlas sobre Social Media, estuve compartiendo ideas con el director de comunicación de una gran empresa brasileña, director que, entre otras cosas, dejó soltar un «mi empresa no necesita Twitter», afirmación peligrosa entre tantos profesionales que viven de las redes sociales.
La empresa en cuestión no tiene como clientes a personas físicas, ofrece servicios a empresas, siempre a las mismas, desde hace décadas, por lo que no creía necesario abrir una cuenta de Twitter y comenzar a explicar «su vida» al mundo.
La discusión que comenzó a partir de ahí se basó en un ejemplo que puede usarse en muchas ocasiones. Lo que comenté fue lo siguiente:
Diego: – No digas eso, hombre, prácticamente todas las empresas necesitan conocer Twitter de una u otra forma.
Empresa: – La mía no, no tengo que contar nada a nadie, ni buscar clientes, ni mostrar informes públicos, ni hacer publicidad, ni crear campañas…
D: – Pero no hace falta que tengas cuenta en Twitter para usarlo, puedes utilizar el sistema simplemente para buscar información, para rastrear datos, para tener bajo control a la competencia… De la misma forma que no es necesario tener una web para usar Google, no es imprescindible publicar en Twitter para leer su contenido.
E: – No tenemos competencia, y seguramente no la tendremos durante los próximos 50 años. No creo que haya nada en Twitter que nos ayude a crecer como compañía.
D: – Y si un coche de tu empresa atropella un perro por la mañana, no para y deja varios testigos que empiezan a escribir en Twitter: Empresa xxx asesina, mató un perro y no paró. El texto empieza a distribuirse por la red y 5 horas después toda la ciudad sabe la historia menos tú, que aún no te has enterado del incidente. Cuando quieras empezar a reaccionar igual ya tienes pinturas en los muros de la empresa y periodistas pidiendo hora para solicitar explicaciones, algo que podría haberse evitado con una acción rápida en su momento.
E: – mmm
D: – Decir que tu empresa no necesita Twitter es como decir que no te importa lo que la gente opina sobre tu compañía. independientemente de que sean o no tus clientes, sus opiniones cuentan, y si pueden derrumbar gobiernos, seguro que pueden derrumbar empresas, por muy grandes que sean.
E: – ¿Y como se hace para monitorizar eso?
D: – Eso es otro tema. Podemos quedar un día y te lo explico.
Como veis, un ejemplo que puede aplicarse en miles de situaciones diarias (no solo con Twitter) entre empresas que siguen creyendo que las redes sociales en el ámbito profesional son simplemente una herramienta para hacer marketing.
No hay que ser un genio ni un experto en la materia para darse cuenta de la importancia de esta nueva «voz social», podemos cerrar los ojos, podemos decir que no varias veces, pero que existe, existe.
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