Peter Sunde, cofundador del sitio de búsquedas de torrents The Pirate Bay, cumplió con su sentencia el año pasado pues tuvo que ir a prisión por los cargos que a su equipo se levantaron en cuanto a promover la compartición de contenido protegido por derechos de autor.
Pues bien, fiel a sus principios de que las copias de este tipo de material no generan tan grandes daños como la industria del “copyright” lo señala, Sunde ha diseñado una máquina de copia automática con la que pretende “llevar a la quiebra” a dicha industria.
Y lo de llevar a la quiebra se refiere a que las discográficas y otras entidades que alegan millonarias pérdidas por culpa de las “copias ilegales”, calculan esas pérdidas, de forma exagerada, a partir de la cantidad de veces que se efectúan “copias piratas” de sus ficheros.
Entonces, a Sunde se le ocurrió crear una máquina que realiza copias automáticas y va sumando lo que estiman las compañías que pierden con cada una de ellas. La idea es seguir sumando y sumando hasta que suceda lo “inevitable”: que dichas compañías vayan a la quiebra por tal volumen de pérdidas.
Un Raspberry Pi, una pantalla LCD y algo de código en Python son los elementos que ocupa su máquina la cual genera 100 copias automáticas por segundo de la canción Crazy de Gnarls Barkley, lo equivalente a más de 8 millones de copias por día y 10 millones de dólares en supuestas pérdidas. Eso sí, las copias se generan pero no se almacenan permanentemente.
La Kopimashin, como es titulada, hará parte de una exhibición de arte en la que Sunde defenderá su hipótesis de lo ridículo de dar valor a una copia. Testimonios y el resto de la historia son compartidos en el portal especializado TorrentFreak.