Hoy en día escribir código front-end es todo un reto cuando además debes ser resiliente y robusto dentro de una gran corporación. Tras trabajar en una web junto a docenas de ingenieros que viven en tres continentes distintos, Matteo Figus ha aprendido que la complejidad no se manifiesta solo en el propio código. Permitir a la gente desarrollar nuevas características e implementar el código varias veces al día, sin que dé ningún problema, es muy difícil de conseguir: preferimos que los equipos pequeños sean independientes y no interfieran unos con otros, para que sean rápidos y trabajen a gusto; pero a la vez también queremos optimizar la cooperación cuando esta sea necesaria.
En el mundo front-end los componentes son unidades muy pequeñas de código que proveen de funcionalidades a la aplicación, y todas estas unidades están conectadas para ofrecer una página web completa.
Durante su charla, Matteo ha hablado sobre cómo intentan enfocar los componentes en OpenTable. Siguiendo los principios SOA, elevan los componentes a la categoría de servicios, para hacer que los ingenieros puedan crearlos y consumirlos mediante contratos e interfaces claros y bien definidos. Esta manera de trabajar les permite poner en práctica la infraestructura necesaria para optimizar el testeo y para llevar a cabo cientos de cambios cada día sin generar un solo conflicto.