Cuando Apple presentó Siri en 2011, el asistente virtual para iPhone y iPad, se encontró con un problema en la gigante China: ya había una patente especificando ese sistema. Se trataba de una de la empresa Zhizhen Network Technology, compañía que tenía un asistente llamado «Xiao i Robot», muy similar al Siri de Apple.
Después de la presentación de Siri, Zhizhen denunció a Apple en 2012, y Apple solicitó que la agencia de regulación china de patentes anulase la patente original (algo que la agencia no hizo). El caso llegó a los tribunales y ahora se sabe el resultado: Apple ha perdido, la patente de Zhizhen continúa siendo válida.
Desde Apple, en China, han comentado que ellos no tenían conocimiento de la existencia de esa patente antes del desarrollo de Siri, por lo que parece que no fue plagio y sí coincidencia, y ahora garantizan que seguirán trabajando para negociar algún tipo de acuerdo con Zhizhen, que ya están viendo el símbolo del dólar bien integrado en las pupilas.
Con millones de patentes existentes en cada país del mundo es difícil que este tipo de problemas no ocurran. Algunas de dichas patentes no tienen ni producto en el mercado, son solo ideas en un papel, lo que hace aún más difícil investigar antes de construir y desarrollar. Sea como sea, no es algo nuevo para Apple, no es la primera vez que sufre alergia a patentes de otros, ni será la última.