La era de la supercomputación comenzó en la segunda mitad del siglo XX, marcando un hito en la historia de la tecnología y la computación. Desde entonces, hemos sido testigos de una evolución asombrosa, donde los supercomputadores han pasado de ser máquinas voluminosas y menos potentes a convertirse en sistemas de procesamiento de datos ultra rápidos y eficientes. Estas máquinas, que alguna vez ocuparon habitaciones enteras, ahora son capaces de realizar billones de cálculos por segundo, abriendo un mundo de posibilidades en investigación y desarrollo.