En un movimiento inesperado, Telegram, la popular aplicación de mensajería, ha anunciado que comenzará a compartir las direcciones IP y números de teléfono de sus usuarios con las autoridades en respuesta a solicitudes legales válidas. El CEO de la compañía, Pavel Durov, confirmó este cambio a través de una publicación en la propia plataforma, mencionando que esta modificación en los términos de servicio busca evitar que los criminales abusen de Telegram.
Un cambio significativo en la postura de Telegram
Hasta ahora, Telegram era conocida por su postura firme en cuanto a la privacidad y su negativa a cumplir con solicitudes gubernamentales de entrega de datos. Durov ha enfrentado presiones y conflictos con gobiernos de todo el mundo, incluidos países como Rusia e Irán, debido a la negativa de Telegram a ceder información sobre posibles actividades criminales en la plataforma.
Este giro llega en un momento delicado para Durov, quien fue arrestado en Francia el mes pasado, enfrentando cargos por complicidad en la difusión de materiales de abuso infantil en Telegram. Aunque Durov niega las acusaciones, este hecho ha llevado a la plataforma a realizar varios cambios, incluido el bloqueo de nuevas cargas de medios para frenar la actividad de bots y estafadores.
¿Cómo afecta esto a los usuarios?
El hecho de que Telegram ahora comparta datos personales con las autoridades representa un cambio radical en la filosofía de la plataforma. Aunque esta medida busca detener actividades criminales, muchos usuarios podrían sentirse incómodos con la idea de que sus datos estén más accesibles para los gobiernos. Telegram sigue utilizando inteligencia artificial y un equipo de moderadores para ocultar contenido problemático en los resultados de búsqueda, pero este cambio en la política de privacidad podría generar dudas entre quienes valoran la confidencialidad que ofrecía la aplicación.
Telegram y los gobiernos: una relación complicada
Desde hace años, Telegram ha sido un refugio para activistas y manifestantes que buscan organizarse sin el temor de ser rastreados. Sin embargo, también ha sido utilizada por extremistas y grupos de conspiración, lo que ha generado presión por parte de los gobiernos para que Telegram coopere más con las autoridades.
Durov ya había tenido problemas con el Kremlin en 2018, cuando Rusia intentó bloquear Telegram, aunque sin éxito. A pesar de ello, las tensiones se calmaron cuando Durov dio señales de que ayudaría a combatir el terrorismo y el extremismo en la plataforma.
Este cambio en la política de Telegram podría marcar un antes y un después en cómo los usuarios perciben la seguridad y la privacidad en la aplicación. Para muchos, la plataforma era una de las pocas que ofrecía una privacidad casi impenetrable, pero con esta nueva postura, Telegram se alinea más con otras grandes empresas tecnológicas en cuanto a cooperación con las autoridades.